







El Museo das Mariñas de Betanzos expone una investigación sobre la transformación de A Ponte Nova
23 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El Museo das Mariñas de Betanzos permite ver cómo era la antigua zona de A Ponte Nova en Betanzos, gracias a la muestra Arquitecturas añoradas: o Peirao, inaugurada ayer y comisariada por Daniel Lucas Teijeiro Mosquera, docente de Historia da Arte en la USC.
Esta zona portuaria recreada virtualmente fue un antiguo emplazamiento marinero y agrícola que sufrió una gran transformación a partir de los años 50 del siglo pasado, quedando definitivamente transformado con la adjudicación del nuevo puente en 1971. Para visualizar lo que fue ese barrio, el Centro Infográfico Avanzado de Galicia (CIAG) realizó las distintas perspectivas de la zona en base a la documentación gráfica y escrita localizada.
La exposición, en la que se incluyen piezas de distintos archivos, imágenes, publicaciones e incluso un grabado de Jesús Núñez del CIEC, permite comprobar la gran relevancia económica de estos muelles, cuyas primeras referencias se remontan al siglo XII. Aquella pujanza comercial hizo que a los brigantinos se les conociera como los «xenoveses de Galicia».
Teijeiro Mosquera subraya que de aquella estampa hoy apenas perviven dos viviendas en pie y otra en ruinas, además del arranque de un arco junto a la Fábrica da Luz, visible con marea baja. El investigador estima, además, que podría existir otro arco a la altura del parque Pablo Iglesias.

Este docente, de origen brigantino, explica que la recreación quiso reflejar la dualidad de la zona: la marinera, mirando al río, y la labriega, con hórreos de maíz y loureiros que dan fe de la tradición vinícola de Betanzos. Recuerda también la importancia de los hórreos del peirao brigantino, incluidos en el año 1917 por el investigador polaco Eugeniusz Frankowski en su estudio sobre hórreos gallegos, donde analizó quince ejemplares palafíticos de A Ponte Nova y los catalogó como paradigma del modelo de As Mariñas.
La reconstrucción virtual permite apreciar la arquitectura predominante de la época: viviendas de dos o tres alturas, con fachada al río como única fuente de luz y ventilación, cubiertas de losas de pizarra y buhardilla. Eran las llamadas casas de remo, estrechas —de unos 5,5 metros de ancho y 15 de fondo—, cuyas proporciones estaban marcadas por los utensilios de navegación. Su diseño incluía soportales adintelados en mampostería de pizarra, con granito en las zonas nobles y coloridos balcones de madera.
Las reformas y construcciones posteriores desdibujaron la imagen de la zona, pero desde el Museo das Mariñas precisan que «pola súa achega á definición da arquitectura popular mariñeira, a súa puxanza económica e a súa implicación nas transformacións xeolóxicas da ría de Betanzos, a evolución urbana do peirao é un dos episodios aniquilados que merece recuperarse do esquecemento». La muestra, que fue inaugurada en un acto al que asistió la alcaldesa, María Barral, y el director del Museo das Mariñas, Ángel Arcay, lo permite hasta octubre.