Natalio Saludes Martínez: «Hay una Coruña subterránea donde la gente sufre»

Pablo Portabales
Pablo Portabales A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Este sacerdote franciscano vive decidado en cuerpo y alma a ayudar a los demás

21 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Conoce muy bien la cara B de la ciudad. Está acostumbrado a escuchar historias tristes. «Hay una Coruña subterránea que no se ve, donde la gente sufre. Tienen problemas de todo tipo, de pareja, de recursos económicos o se sienten solos. Esa gente sale de la oscuridad y sube a la parroquia», asegura el sacerdote franciscano Natalio Saludes Martínez, natural de la localidad zamorana de Santa Colomba. Tiene 56 años y celebra las bodas de plata de su aterrizaje en A Coruña. «Recuerdo que mi intención era irme a Tierra Santa para seguir estudiando y formándome y la orden me dijo que me viniese un año aquí. Al final me quedé y estoy contento de la decisión tomada», dice este sacerdote, párroco, arquitecto, teólogo e hijo de agricultores. «Mi vocación siempre fue de apoyo a los demás. No tuve una etapa gamberra en mi vida. Soy franciscano desde los 20 años porque era una inquietud que tenía querer colaborar. Sansón es mi personaje favorito de la Biblia. No vio a Dios, no escuchó su voz, pero dentro tiene una fuerza que te mueve. Estudié Arquitectura en Madrid y la terminé en A Coruña. No trabajé como tal, pero hice algunas colaboraciones», me cuenta.

En San Francisco

Charlamos en el café La Tertulia. Son casi las dos de la tarde y se ve por la gente que entra que es un lugar de buena cocina. Estamos a unos metros de la iglesia de San Francisco de la que Natalio es párroco desde que se ordenó sacerdote hace siete años. Acaba de salir de dar clase en el colegio de los Franciscanos y se presenta con unos papeles con varias anotaciones que no mira durante toda la charla. «Esta es una parroquia con mucha vida. De 7 a 9 de la mañana me centro en mi vida, en los rezos, el silencio... Y después me dedico a los demás. La fe es una raíz que te sostiene, pero si no la riegas te cansas cuando ves que no se cumplen ciertas expectativas. Te decía que desde la parroquia organizamos tres salidas al año para hacer senderismo y llenamos el autobús», relata. Como hace unos años la asociación Proxecto Máscaras le dio uno de sus premios Natalio acudió esta semana como invitado a Voces de A Coruña, de Radio Voz, para hablar de este certamen que el pasado jueves celebró su novena edición. Me sorprendió la cantidad de mensajes de cariño hacia él que escribió mucha gente en redes sociales.

Asociación Boa Noite

Hacen un trabajo increíble y, lo más importante, participan muchos jóvenes. «Somos una asociación sociocultural que trabaja con gente en situación vulnerable para que tengan una vida autónoma. Empezamos en el 2010. Le digo a una persona que duerme en la calle : “Yo te doy un bocadillo, pero tú cuéntame por qué estás aquí”. Todos los viernes vamos a llevarles café y comida que nos donan. También nos piden cosas, como un saco de dormir o una linterna, que los jóvenes voluntarios les van llevando. Les damos todo lo que tenemos. Vamos a los sitios donde sabemos que suelen estar y este verano llegamos a contar 90 personas. Ahora, cuando empiece el mal tiempo, buscan refugio en Padre Rubinos u otras entidades. Conozco a gente que lleva 15 años durmiendo en la calle. Contamos con ocho habitaciones en las viejas instalaciones de Padre Rubinos como Hogar Boa Noite. Todo el mundo es bueno o está a punto de serlo si le das una oportunidad», sentencia Natalio, que se declara admirador de la labor que desarrollan el doctor Pernas o sor Susana. Me cuenta la historia de un constructor al que las cosas le fueron mal. «Vino por aquí y estuvo seis meses sin decirnos quién era. Ganó algo de autoestima para llamar a unos amigos que le ayudaron. Y tiempo después regresó para apoyarnos», asegura este franciscano que dice que su principal defecto es que no es «capaz de discutir». «Te doy siempre la razón». Acabamos el café y le pido un consejo. «Hacer el bien a quien se acerque», me dice.