Los primeros vinos con certificación de viticultura regenerativa
La familia Torres da un paso adelante en la lucha contra el cambio climático con la adopción de la viticultura regenerativa en sus viñedos

La viticultura enfrenta desafíos sin precedentes a consecuencia del cambio climático. El aumento de temperaturas y la agricultura intensiva están acelerando la desertificación del sector agrario español: casi el 50% del territorio se encuentra en riesgo de desertificación y la previsión para el año 2050 es que este porcentaje llegue al 67%. Además, España tiene el mayor índice de estrés hídrico de Europa (33%) por la escasez de precipitaciones, siendo el sector agrario el más afectado al ser el que más agua consume (cerca del 70% del total).
Ante esta situación, la Familia Torres da un paso adelante en la lucha contra el cambio climático con la adopción de la viticultura regenerativa en sus viñedos, un modelo que va más allá de la agricultura ecológica y que sitúa la salud del suelo y la biodiversidad en el centro de su filosofía. El compromiso con la naturaleza de esta familia bodeguera, con más de 150 años de historia, es parte de su esencia como elaboradores de vino y de su estrategia para mantener la excelencia.

Un cambio de paradigma en el viñedo
Desde 2008, Familia Torres abandera la lucha contra la emergencia climática en el sector vitivinícola a través de su programa ambiental Torres & Earth, que se articula en tres pilares: adaptación al nuevo escenario climático, mitigación del impacto ambiental mediante la reducción de la huella de carbono y concienciación frente a la emergencia climática y la urgente necesidad de actuar.
En 2020, la bodega decide ir más allá y comienza la transformación de sus viñedos ecológicos en Catalunya hacia un nuevo modelo agrícola: la viticultura regenerativa. Hay una doble motivación en este cambio de paradigma: por un lado, regenerar los suelos de sus viñedos para fomentar la biodiversidad y hacerlos más resilientes y, por ende, mejor adaptados al contexto climático actual, y por otro, contribuir desde el viñedo a reducir las emisiones de CO2 gracias a que estos tienen una mayor capacidad para capturar y fijar el dióxido de carbono atmosférico en el suelo a través de las cubiertas vegetales.
Mireia Torres, directora de Innovación y Conocimiento comenta: «Actualmente tenemos 1.000 hectáreas de viña ecológica en propiedad en Cataluña y ya estamos implementando la viticultura regenerativa en más de la mitad. Queremos fomentar un modelo agrícola que ponga la salud del suelo y de la naturaleza en el centro del sistema productivo».
La viticultura regenerativa se basa en prácticas que imitan los procesos naturales: cubiertas vegetales que capturan CO? y enriquecen el suelo, integración de ganado para fertilizar de forma natural, mínima labranza para preservar la estructura y el carbono del suelo, y fomento de la biodiversidad mediante la plantación de árboles, la creación de islas de vida y la instalación de refugios para fauna auxiliar. Todo ello con un objetivo claro: devolver la vida al suelo y convertir el viñedo en un ecosistema equilibrado y autosuficiente.
Innovación y ciencia al servicio del vino
En los últimos años, Familia Torres ha situado la innovación en el centro de su compromiso con la viticultura regenerativa. Entre 2020 y 2023, la bodega inició sus primeros ensayos de cubiertas vegetales en los viñedos de Jean Leon, dentro del proyecto europeo COPPEREPLACE, para favorecer la biodiversidad. Posteriormente, a través de VITIREGENERE, validó técnicas agronómicas regenerativas tanto en las viñas de Familia Torres como en la bodega Jean Leon. Desde marzo de 2024, Familia Torres participa en el proyecto Regenera.cat, con el objetivo de seguir evaluando y extendiendo este modelo agrícola. Cada nuevo proyecto es un paso más hacia un modelo agrícola que respeta el entorno y potencia la biodiversidad, garantizando la excelencia de sus vinos y el cuidado de la tierra.
La viticultura regenerativa llega al viñedo de las Rías Baixas
Familia Torres hizo su incursión en Rías Baixas en 2012, con la primera añada de Pazo das Bruxas. Hoy, el proyecto vitivinícola Torre Penelas, liderado por el enólogo Víctor Cortizo, cuenta con dos bodegas en el Valle de Salnés y unas 20 hectáreas de viñas de albariño en propiedad. En todas ellas, la bodega ha implementado cubiertas vegetales permanentes, ha eliminado el uso de insecticidas y herbicidas, y ha reducido al mínimo las labores de labranza, favoreciendo así la biodiversidad y la salud del suelo. Además, se prioriza el aporte de materia orgánica procedente de abonos naturales y compostados de la propia finca, integrando los viñedos en el paisaje y respetando los ecosistemas autóctonos, como el roble centenario de Vedra o los árboles de ribera en Caldas de Reis.
Vinos que contribuyen a frenar el calentamiento global
La Asociación de Viticultura Regenerativa (AVR), cofundada por Familia Torres y otras bodegas pioneras en 2021, impulsa un nuevo modelo de gestión del viñedo basado en la regeneración de los suelos, la mejora de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático. Fruto de este compromiso, la AVR ha desarrollado la certificación internacional Regenerative Viticulture Alliance (RVA), el primer estándar global que reconoce y avala las prácticas regenerativas en viñedos de todo el mundo. Esta certificación, verificada por entidades independientes, garantiza que los productores aplican técnicas como cubiertas vegetales, ausencia de laboreo, enmiendas orgánicas y conservación de la biodiversidad, contribuyendo así a la salud del suelo y al secuestro de carbono.
Los vinos que obtienen la certificación RVA proceden de viñedos gestionados bajo estos exigentes criterios regenerativos y, por tanto, contribuyen activamente a frenar el calentamiento global. Actualmente, siete bodegas de cuatro países cuentan con la certificación RVA, entre ellas Familia Torres, Clos Mogador y Jean Leon en España, así como Domaine Mirabeau y Domaine Lafage en Francia, y Miguel Torres Chile.
Uno de los primeros vinos de Familia Torres en obtener esta certificación han sido los de la gama Clos Ancestral, tanto en su versión de vino tinto como vino blanco.

Clos Ancestral 2023, nace del Castell de la Bleda, en el corazón del Penedès, donde se han encontrado vestigios íberos, romanos, medievales y de justo antes de la filoxera. Desde principios de los años 80, la bodega trabaja en la recuperación de variedades ancestrales para contribuir contribuir a recuperar el patrimonio vitícola de Catalunya y buscar soluciones frente al cambio climático. Con el tiempo, han constatado que algunas de ellas, además de mostrar un gran potencial enológico, son extremadamente resistentes a la altas temperaturas y a la sequía. Es el caso de la moneu, una variedad ancestral originaria del Penedès, que Familia Torres ha reintroducido plantándola en la finca del Castell de la Bleda y que ahora incorporamos al cupaje de Clos Ancestral.
Este vino, uno de los primeros en recibir la certificación, esta elaborado con las variedades moneu, tempranillo y garnacha, realiza parte de su crianza en tinajas y ánforas. De color cereza oscuro, es intenso en nariz, rico en notas frutales maduras de confitura de frambuesa, sobre un fondo tostado y vivos matices especiados. En boca es firme, apoyado en finos taninos de agradable discurrir. La versatilidad de este vino permite maridarlo con una variedad de quesos semi-curados y embutidos, con recetas de carnes magras y pescados con salsas a base de crema o mantequilla. También platos de arroz como la paella de montaña o el risotto.
Clos Ancestral Blanco 2024, elaborado con la variedad ancestral forcada, primera veriedad blanca prefiloxérica recuperada y vinificada, el cupaje se completa con un pequeño porcentaje de la variedad antóctona xarel·lo, que contribuye a la complejidad aromática del vino con notas de cereales y refuerza su identidad territorial. Desde la añada 2024, este vino ya incorpora la certificación de viticultura regenerativa.