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Ofrecido por Delagro

La ganadería se enfrenta hoy a un desafío crucial: reducir su huella de carbono. Este enfoque responde tanto a las exigencias legislativas como a la creciente demanda de sostenibilidad, impulsada por iniciativas como el Green Deal europeo y su estrategia Farm to Fork. Estos programas están diseñados para hacer que la agricultura y la ganadería sean más sostenibles, reduciendo su impacto ambiental y garantizando un futuro más saludable para el planeta.

Según estudios científicos, la ganadería es responsable de un porcentaje significativo de emisiones de metano y dióxido de carbono, dos de los principales contribuyentes al calentamiento global. Esto se traduce en un reto tanto a nivel legislativo, donde cada vez más se imponen restricciones, como a nivel productivo, donde los ganaderos deben adaptarse para cumplir con las regulaciones y, al mismo tiempo, mejorar su eficiencia.

Dani Baizán, Product Manager Delagro, destaca que «el objetivo es claro: para 2030 debemos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55%. Esto no es solo una obligación, sino una oportunidad para redefinir nuestra forma de trabajar y apostar por prácticas más sostenibles»

Además de las normativas, la sostenibilidad se ha vuelto un imperativo comercial. Los consumidores valoran cada vez más los productos de origen animal que se producen de manera responsable, lo que abre oportunidades para los ganaderos que logran reducir su huella de carbono.

La Industria Láctea Premia la Sostenibilidad

La industria láctea está cada vez más comprometida con la sostenibilidad, y muchas empresas ya han comenzado en ganaderías con programas específicos que valoran la reducción de la huella de carbono, fomentando el uso de nuevas tecnologías, insumos y prácticas agrícolas de más bajo impacto ambiental y acordes a las nuevas normativas europeas.

Para Daniel, «la industria láctea reconoce cada vez más el valor de la sostenibilidad. Programas que premian la reducción de la huella de carbono son una muestra clara de hacia dónde se dirige el sector»

El futuro de la ganadería depende de su capacidad para adaptarse a los nuevos desafíos ambientales y legislativos. La reducción de la huella de carbono no es solo una exigencia legal, sino también una oportunidad para mejorar la eficiencia productiva. Algo similar ocurrió con el bienestar animal. Aunque en sus inicios generó reticencias cuando la industria láctea comenzó a implementarlo, hoy en día es un aspecto ampliamente aceptado y reconocido como beneficioso, sin cuestionamientos.

Con productos innovadores como la gama BLUE de DELAGRO, los ganaderos pueden lograr mejorar la rentabilidad de su explotación de forma más sostenible y contribuir a la conservación del medio ambiente.

La Gama BLUE supone un paso más hacia la sostenibilidad

Ante este escenario, la innovación en productos que favorezcan una ganadería más sostenible es crucial. La gama BLUE de DELAGRO ofrece soluciones enfocadas en reducir las emisiones de carbono y mejorar la rentabilidad de los cultivos. Esta gama incluye tres productos complementarios, todos basados en el uso de bacterias beneficiosas que trabajan a diferentes niveles del ciclo productivo del cultivo.

La ciencia ha demostrado que ciertas bacterias pueden tener un impacto positivo en la agricultura, ya que los principales procesos que se desarrollan en el suelo, como la mineralización de la materia orgánica, la solubilización de los abonos minerales e incluso la captación de nitrógeno atmosférico, son desarrollados por microorganismos que juegan un papel clave en la creación de suelos supresivos, es decir, suelos capaces de reducir la presencia de patógenos que afectan de forma negativa a los cultivos. Al fomentar el desarrollo de poblaciones microbianas beneficiosas, no solo se mejora la salud del suelo, sino también el rendimiento de las cosechas.

Sobre las bacterias beneficiosas, Daniel comenta: «Estos microorganismos son aliados estratégicos en la mejora de la salud del suelo y el rendimiento de los cultivos. Apostar por ellos significa apostar por un modelo agrícola más eficiente y sostenible».

Esta gama incluye tres productos complementarios, todos basados en el uso de bacterias beneficiosas que trabajan a diferentes niveles del ciclo productivo del cultivo.

BLUE Land: Potenciador del suelo

Producto diseñado para mejorar las condiciones del suelo y favorecer el desarrollo de los cultivos. Las bacterias que contiene optimizan la estructura del suelo, impulsan la actividad microbiana y facilitan la mineralización de la materia orgánica. Esto permite una mayor disponibilidad de nutrientes clave como N, P, K, Ca, S, Mg y oligoelementos esenciales, promoviendo un uso más eficiente de los recursos naturales y mejorando la productividad del cultivo.

BLUE Cycle: Optimización del purín

Solución innovadora para gestionar el purín de forma más eficiente. Este producto retiene el nitrógeno en el purín, reduciendo las emisiones de gases nocivos como el amoníaco, un importante contaminante. Además, enriquece el valor del purín como fertilizante, elimina los malos olores y previene la formación de costras, acelerando su descomposición y facilitando su manejo.

BLUE Star: Nutrición avanzada para los cultivos

Diseñado para maximizar el rendimiento de los cultivos, BLUE Star fomenta el desarrollo radicular y mejora la absorción de nutrientes del suelo. Su formulación, basada en dos bacterias específicas, incrementa la disponibilidad de nitrógeno, facilita la solubilización del fósforo y potencia la actividad microbiana. Este refuerzo del sistema radicular permite a las plantas crecer más fuertes y saludables, incrementando significativamente la productividad del cultivo.

La introducción de productos como la gama BLUE permite a los ganaderos aprovechar estos beneficios, ya que la sinergia de los tres productos con su actuación en distintos momentos, mejoran la productividad agrícola, optimizando los costes y aumentando la rentabilidad, todo ello sin comprometer la sostenibilidad.