
Antonio Pérez Caínzos, Alberto Blanco y Mozan analizan el nuevo proyecto y ponen el acento en la versatilidad del plantel y la variedad de recursos
24 ago 2025 . Actualizado a las 18:31 h.Antonio Pérez Caínzos, Alberto Blanco y José Ángel Rivera, Mozan, son tres entrenadores que conocen bien la Primera FEB. Los tres dejan sus pinceladas acerca de cómo ven al Monbus Obradoiro que se está poniendo en marcha de cara al nuevo curso. Y los tres coinciden en el titular, en percibir un equipo poliédrico en el que destacan la versatilidad de varios jugadores y la posibilidad de adaptarse a diferentes registros, un equipo que promete. También están de acuerdo en que la pieza que falta para completar la plantilla va a tener una incidencia notable en el equilibrio del ecosistema.
Antonio Pérez encuadra su punto de vista: «Me gusta mucho. A falta de un ala pívot tirador, tiene todos los registros cubiertos, con varios jugadores que pueden hacer dos posiciones».
Alberto Blanco apunta también a la polivalencia y le añade otra cualidad: «En Primera FEB hay mucho barro, y es bueno tener jugadores para ese barro».
«Ahora mismo el equipo tiene jugadores versátiles capaces de jugar en dos posiciones diferentes, y con garantías, tanto ofensivas como defensivas en cualquiera de esas dos posiciones», abunda Mozan.
Los intangibles
Los tres van un paso más adelante en su análisis después de contextualizar el punto de partida. «Hay interiores, tiradores, generadores, también intangibles —indica Pérez Caínzos—. Lo hemos visto en Lundqvist, en Brito tanto en Lleida como en Ourense. Y más cosas que no aparecen en las estadísticas pero son muy importantes. Hay seis jugadores con pasado en la ACB, y algunos que saben lo que es ascender. Ese es un valor gigante, por el recorrido y la experiencia».
En esta línea Alberto Blanco añade otro argumento: «La mitad de la plantilla ya ha trabajado a las órdenes de Epi en otros equipos. Ahí el proyecto pisa tierra firme, hay tarea adelantada y los jugadores que ya conocen al entrenador allanan el camino a los nuevos, haciéndoles ver lo que quiere el técnico. La velocidad de adaptación es mayor».
Subraya que no es una cuestión menor: «La Primera FEB es una Liga en la que no te puedes equivocar en los dos primeros meses de competición. Le sucedió al Obradoiro el año pasado y después, a pesar del esfuerzo, ya no fue capaz de recuperar». «Conocen el método de Epi, el Software táctico, y eso acelera el proceso porque no parten de cero a nivel de baloncesto», apostilla Antonio Pérez.
Mozan pone el foco en la misma reflexión, en un plano más genérico: «El tiempo y la experiencia dicen que un alto porcentaje del éxito o no éxito de un equipo fragua, curiosamente, fuera del período competitivo, es decir, en los meses de verano a la hora de diseñar el puzle, para que las piezas encajen perfectamente. Falta una para cerrar la foto final, una que será muy importante en el esquema. Pero la composición de la plantilla invita a pensar que encajarán de forma exacta y certera».
En busca del equilibrio interior, más defensa en la pintura y más rebote en ataque
El hombre propone y Dios dispone, dice el refrán, por lo que habrá que esperar a la competición para comprobar si todo sale de acuerdo con el plan de ruta. Teniendo en cuenta esa salvedad, Mozan está convencido de que se va a ver un Obradoiro más sólido y equilibrado. Sobre todo en el juego interior.
«La temporada pasada, todos los rivales dejaban huella en nuestra pintura, nos la pisoteaban una y otra vez. Y, en ataque, no se dejaba mucha zapatilla cerca del aro. Teniendo en cuenta la presencia de hombres grandes que pueden coincidir en la pista, cabe esperar que la defensa sea lo suficientemente consistente y sólida para intimidar, cambiar tiros y sumar algún que otro tapón. Y, en ataque, cabe esperar un equipo mucho más solvente en el rebote ofensivo».
Dejando a un lado la posición de base, Mozan observa que «el equipo cuenta con un buen elenco de tiradores de spot up, uno de los santos griales del baloncesto en ataque, y también con gente capaz de tirar en salidas de bloqueo en diferentes ángulos. Y hay buenos penetradores, capaces de tocar la pintura con agresividad, bien para finalizar por sí mismos bien para abrir el balón hacia los tiradores antes citados».
En el juego interior, «a falta de ese cuatro que será fundamental, además de por su juego, para las diferentes parejas que se puedan formar», destaca la presencia de pívots que «dominan muy bien el juego directo» y que también pueden jugar por encima del aro.
Cincos complementarios
A Pérez Caínzos le gusta especialmente la complementariedad de los cincos: «Felipe dos Anjos es un finalizador por encima del aro, un perfil más defensivo. Huskic es más generador, más pasador, de short roll». No descarta que en contextos muy concretos puedan coincidir en la pista.
Al igual que Mozan, apunta a la importancia del fichaje que falta: «Ese cuatro que pueda echar el balón al suelo y abrir el campo», para crear espacios.
Mozan barrunta un pronóstico: «Las defensas en las ligas FEB tienden a colapsar y a cerrarse más que en la Liga Endesa, dada la diferencia que hay en la calidad de los tiradores entre ambas competiciones. En el caso del Obradoiro, es algo que los rivales probablemente se pensarán dos veces antes de optar por congestionar».
Queda todavía un mes largo antes del inicio de la Liga. Y el viernes llegará el primer ensayó, en Vilagarcía ante el Leyma.
Lundqvist como base, apuesta controlada y con potencial
Muchas miradas están puestas en el puesto de base, en la tripleta que conforman Westermann, Lundqvist y Alonso Grela, un veterano de sobrada solvencia con muchos kilómetros en el motor, un combo que por vez primera en su carrera jugará más como un uno que como un dos, y un joven de 19 años que hace sus primeras armas en el baloncesto profesional.
Pérez Caínzos no tiene dudas sobre la apuesta de Epi por Lundqvist al uno: «Es un reto para Olle. El entrenador, que lo conoce bien, ha conseguido que juegue en el Obradoiro planteándole este reto. Es un jugador con una capacidad defensiva alta y un buen pasador. No creo que tenga problemas».
Alberto Blanco atisba un movimiento con mucho potencial con el internacional sueco: «Es Apuesta clara del entrenador por un baloncestista polivalente que ha ido ampliando su capacidad de juego cada año. Si da el paso adelante, será crucial por altura y fuerza ante bases pequeños. Será clave su capacidad de mejora en el uno para uno defensivo a campo abierto o en situaciones aisladas».
Mozan sitúa a Westermann como una piedra angular: «Es un directo de orquesta de contrastada calidad y solvencia, que sabe perfectamente cómo alimentar a los jugadores interiores en las continuaciones del bloqueo directo». Y confiesa su curiosidad por saber cómo se va a comportar el Obradoiro cuando el francés no esté en pista.
Lundqvist puede ofrecer una variante más, la de generarse sus propias ventajas. Alonso Grela, en los poco minutos que tuvo la pasada campaña, evidenció que es un defensor de alta escuela y que le gusta ordenar el juego del equipo. Y cabe significar que tanto los doses como los treses pueden ayudar a subir el balón.