El entusiasta Alonso Grela pide paso en el Monbus Obradoiro

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

Sus primeros entrenadores en el club, Basilio Pampín y Marcos Toquero, destacan el carácter competitivo y la inteligencia del joven base asturiano

22 ago 2025 . Actualizado a las 19:39 h.

Alonso Grela (Mieres, 2006) sigue dando pasos adelante en el Monbus Obradoiro. Este es su cuarto curso en Sar, en el que partirá con una de las doce fichas de la primera plantilla. Desde que llegó, en edad júnior, enseguida empezó a participar en los entrenamientos del plantel sénior. De momento, ya se ha ganado los galones para ser uno más. Ahora el desafío es ir ganando minutos.

Marcos Toquero, que fue su primer entrenador en el club, recuerda cómo fue la toma de contacto: «Les mostré a él y a su madre el Colegio Peleteiro, en el que iba a cursar 2º de Bachillerato. Llegó un alumno de altas capacidades y enseguida vimos que no solo las poseía en el ámbito académico, sino también en el deportivo. Es un líder en la cancha, un entusiasta, un competidor feroz». Grela sonríe y asiente: «Yo salgo a la pista a morder».

Obviamente, también tiene grabado en su memoria el primer entrenamiento en Sar: «Vine a un entreno aquí y todavía estaba solo la pista, sin las gradas ni nada. Estaba viendo al ACB entrenar en aquel momento, estaba Leo, y flipaba, la verdad. Yo venía de un colegio y para mí el salto fue grandísimo. Poder entrenar aquí, echar ya el primer año con el EBA... Eran cosas a las que no estaba acostumbrado. La verdad, muy contento y con muchas ganas de empezar siempre desde que llegué».

El base también ha trabajado a las órdenes de Basilio Pampín en el equipo júnior. Los dos tienen muy presente un encuentro en el Campeonato de España frente a un Real Madrid en el que brillaba un base ruso, Egor Demin, que acaba de enrolarse en los Nets y tiene garantizado esta campaña un salario de casi siete millones de dólares. «Alonso le ganó la partida», asegura el técnico santiagués.

El base prefiere llevar el apunte al plano colectivo: «Fue un partido muy complicado, pero sí que competimos muy bien y salimos muy contentos de allí a pesar de la derrota».

En el banquillo merengue estaba Alberto Codeso, ahora ayudante de Epi en el Monbus Obradoiro. Cuando se le pregunta al jugador si el entonces técnico blanco se había quedado con su matrícula, sonríe y comenta: «Creo que algo sí».

Talento, esfuerzo y suerte

Basilio Pampín reseña una trayectoria ascendente del joven asturiano cimentada en tres pilares: «Tiene talento, se esfuerza y sabe buscar su suerte». Lo define como «un base base», al que le gusta dirigir, con una capacidad innata para el aprendizaje y unas «excelentes cualidades físicas».

Alonso Grela está muy enfocado en el baloncesto, pero no pierde de vista los estudios de Farmacia. Se los toma con más calma: «Voy sacando asignaturas». Eso sí, de momento, le tira más el baloncesto. A la vuelta de quince años, le gustaría verse en el parqué, más que en una botica. «Nunca se sabe dónde nos llevará esto», argumenta.

De momento, a poco más de un mes para que arranque la competición en Primera FEB, lanza un mensaje optimista: «Tenemos muy buenos jugadores en todas las posiciones y creo que vamos a tener buena química, veo que estamos haciendo un buen grupo y con muchas ganas».

«El salto es grandísimo y tengo que dar aquí el nivel»

La gran diferencia respecto a la pasada campaña para Alonso Grela es que ya puede tener la cabeza puesta al ciento por ciento en el primer equipo. El pasado curso tuvo sus minutos. Y los aprovechó. Pero también jugaba con el EBA, cuando no entraba en la convocatoria o si las circunstancias le hacían posible doblar. Ahora es uno de los doce a las órdenes de Epi, ya no es un becario.

Es consciente del desafío y se ha estado preparando durante el verano: «Paré una semana o dos, para estar con mis amigos y con la familia. Pero sí que he estado entrenando mucho, porque al final el salto es grandísimo y tengo que dar aquí el nivel y competir en el día a día, aprovechar todo lo que pueda».

En el momento que le llegó la propuesta de Epi, lo tuvo muy claro: «Cuando te dicen que te quieren en el primer equipo, y llevando aquí ya tres años que llevaba, viviendo lo que vivimos, pues yo al final ahí no tuve ninguna duda. Creo que es el mejor sitio para crecer, y también porque a mí me encanta el Obradoiro, me encanta la ciudad y estoy aquí súper a gusto».

La huella de Álvaro Muñoz

Como quiera que son ya tres años al lado del primer equipo, cuando se le piden los nombres de los jugadores que más lo han marcado se retrotrae al pasado curso, porque es el tramo en el que sumó más convocatorias y más vida hizo con el grupo: «Álvaro Muñoz es un tío genial, muy buena persona, un gran capitán. Un ejemplo. También Sergi. Estar conviviendo más con ellos en el día a día, viajar, jugar partidos hace que te marquen más». A la hora de llevar la reflexión al plano estrictamente deportivo, para escoger a alguno de los que más lo impresionó, se toma su tiempo y va más atrás. Acaba escogiendo a Dotson: «Tampoco pude entrenar demasiado con él, pero se veía que tenía un nivelazo».

Alonso Grela no se hace trampas al solitario. Sabe que la defensa es uno de los puntos más sólidos de su baloncesto. La gusta dirigir al equipo conforme al plan de partido. Y el tiro de tres es una de las facetas con mayor margen de mejora. A ese frente dedica muchos de sus esfuerzos, «pero sin caer en la obsesión».

Encara la temporada con una hoja de ruta muy definida: «Voy a estar ahí para aprovechar todos los minutos que pueda, salir a morder, a defender a tope, que es lo que tengo que hacer. Y luego, en ataque, dirigir un poco el juego y tomar los tiros que tenga que tomar, pero más que nada dirigir al equipo».

Tampoco se olvida de «aprende al lado de dos jugadorazos como Leo y Olle», con los que tendrá que pelear por los minutos en el puesto de base.