El Obradoiro se lleva un partido agónico con aroma de «play off» ante el Palencia (77-76)

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

Paco Rodríguez

Empezó mandando, sufrió en el tercer cuarto, reaccionó en el último y agradeció un despiste de Kunkel en el postrero ataque visitante

13 abr 2025 . Actualizado a las 09:39 h.

El Monbus Obradoiro, sin Brodziansky, que ni siquiera pudo acercarse a Sar, se llevó el triunfo en un partido con mucho aroma de play off, jugado por los dos equipos con el cuchillo entre los dientes, con un final taquicárdico no exento de toques rocambolescos. Porque con 72-66 tras una gran canasta de Balvin, a falta de 32 segundos, los locales hicieron una buena defensa. Pero el balón entró llorando en la segunda opción y los árbitros pitaron una personal posterior que dio dos tiros libres. De repente, 72-70. A siete segundos a Álvaro Muñoz se le salió el segundo tiro libre, con 77-74. Y Kunkel, incomprensiblemente, se jugó una bandeja, los santiagueses sacaron de fondo y amarraron una victoria que puede valer el factor cancha en la eliminatoria que decidirá la clasificación para la final a cuatro. No será fácil, porque el Palencia tiene el basquetaverage.

El Obradoiro fue un ciclón en el arranque de la contienda. En apenas cuatro minuto firmó un parcial de salida de 9-0 que obligó a parar el partido a Luis Guil. El Palencia empezó muy fallón, incluso en segundas opciones. Pero es un equipo con recursos, individuales y colectivos, que no se descompuso con ese primer arreón.

Los visitantes, con una defensa muy pegajosa y un arbitraje desigual a la hora de cobrar las faltas, empezaron a recortar. Cuando no podía correr, al Obra le costaba un potosí encontrar sus lanzamientos. El Palencia también sufría en la elaboración de sus ataques. Pero apareció el acierto de Kunkel y comenzó a coger vuelo el equipo. El primer cuarto acabó con una canasta postrera de Millán Jiménez que ponía el 18-12.

En el segundo, el colectivo de Luis Guil aplicó la misma receta. Tardaron más de cuatro minutos en pitarle la primera personal, a pesar de las licencias en el marcaje sobre Barcello. Nkereuwen exhibió hiperactiviad, Wintering lució muñeca, Oroz clavó un par de triples y el marcador se equilibró.

El Obradoiro echaba de menos los lanzamientos de larga distancia y también tenía problemas para abastecer a los pívots. Llegó al descanso uno arriba, 35-34, con todo por decidir.

El Palencia es un equipo de baloncesto racheado en ataque. Y cuando se suelta hace mucho daño. Fue lo que sucedió en el tercer cuarto, en el que logró darle la vuelta al electrónico y llego a tomar seis puntos de renta.

Félix Alonso optó por encarar el último cuarto con Balvin como único interior, con Álvaro Muñoz, que no había participado hasta ese momento, en el cuatro, completando con Millán Jiménez, Barcello y Nacho Varela.

El americano y el chileno volvieron a demostrar que cuando las pulsaciones se desatan ellos aparecen y parece, incluso, que disfrutan. Entre ambos, y tres triples de Álvaro Muñoz, tomaron las operaciones en ataque. Un tres más uno de Barcello llevó el delirio a Sar. Era el 70-66 a falta de un minuto que se hizo eterno.

El Obradoiro aguantó bien en los tiros libres, salvo el último del capitán. Nadie esperaba el despiste de Kunkel, que tuvo en su mano forzar la prórroga.

Todavía subió el Obra la renta a seis. Pero pasó de estar a un triple de hacerse con el basquetaverage a sentir de nuevo el sudor frío, por la jugada de cuatro puntos, autocanasta y dos tiros libres.

Ficha técnica

Obradoiro 77: Faggiano (3), Davison (14), Sergi Quintela (6), Galán (4) y Balvin (11) -cinco inicial-. Micovic (2), Millán Jiménez (8), Nacho Varela (6), Barcello (10), Stevic (3) y Álvaro Muñoz (10).

Palencia 76: Gnjidic (1), Borg (4), Oroz (6), Vaulet (2) y Krutwig (10) -cinco inicial-. Nkereuwem (13), Wintering (19), Kunkel (16), Rodríguez (5), Pablo Hernández, Chema González y Dimitrov.

Parciales en cada cuarto: 18-12, 17-22, 13-18 y 29-24.