Los «nuevos 30» de la Maruxaina en San Cibrao, la sirena más fiestera

y. garcía CERVO / LA VOZ

AL SOL

La Maruxaina de San Cibrao celebró su 40 aniversario por todo lo alto en una jornada con gran asistencia de público.
La Maruxaina de San Cibrao celebró su 40 aniversario por todo lo alto en una jornada con gran asistencia de público. Xaime Ramallal

La Festa de Interese Turístico Galego cumplió 40 años con «maruxainos» por todos lados

10 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Hoy se dice que los 30 son «los nuevos 20». Siguiendo la fórmula del rejuvenecimiento ilusorio, aseveramos que la Maruxaina llegó a sus «nuevos 30». La ninfa pone a todos en «modo fiesta» cada segundo sábado de agosto, y con outfit bicromático blanquiazul, pero no por el Dépor, sino en honor a una leyenda local que ayer dio pie a la jornada más popular del verano en San Cibrao, en el municipio de Cervo. La conocida como «península de la paz» fue claramente la «península de la fiesta», llenándose por completo de «maruxainos», vestidos como marineros, y «maruxainas», disfrazadas de pescantinas. Un asistente que suma 40 años de fidelidad a la cita de Interese Turístico Galego dice: «Creo que é dos anos que máis xente veu».

Charangas y gaiteiros ejercieron de despertador musical. El sonido de tambores y gaitas se entremezcló con el del corno para dar un concierto sin igual, con ánimo de ir «engaiolando» a la Maruxaina. Mientras, ella estaría esperando al filo de la madrugada la llamada de sus paisanos para, desde los islotes de Os Farallóns, aparecer en tierra firme cual Cenicienta marina. De noche, llegaría el momento del «desembarco» en la playa de O Torno, para el que todos se habían preparado. Las horas previas se invirtieron en comer, beber y bailar al son de Os Celtas, Tambukada, Louband Street Band y Os Atrevidos, así como en transformar el arenal en una especie de gym rural donde, en vez de con los fastidiosos burpees, la clave era ponerse en forma con las carreras de sacos o la prueba de la carretilla. La mujer-pez, siempre impecable (quizás el salitre sea su ácido hialurónico), llegaría para ser sometida a un juicio del que suele salir indultada. Cada año desde hace 40 se preguntan si sus intenciones son buenas o malas, si favorece a los marineros en su oficio o no. Más bien, el interrogante habría que plantearlo a la UE.