La Mostra da Olería llena Buño del buen hacer de los artesanos

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO/ LA VOZ

AL SOL

ANA GARCÍA

La feria, abierta hasta el domingo, fue inaugurada por Manuela Sánchez Sanmartín, «a muller dos fumes»

01 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Por segunda vez, y en su 40 edición, los alfareros de Buño son los protagonistas absolutos de la Mostra da Olería, que estará abierta hasta el domingo. De la inauguración se encargó esta vez Manuela Sánchez Sanmartín, de 90 años, que comenzó a trabajar con su padre a los 7 y que es conocida como «a muller dos fumes», por su habilidad para controlar el fuego en las coceduras tradicionales. De la mano del presidente de la agrupación de alfareros, Antonio Pereira, o Rulo, explicó las labores que realizaba, desde ir a por agua hasta preparar el barro o decorar las piezas.

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La muestra se organiza en torno a poco más de media docena de casetas, aunque las tiendas estarán abiertas todos los días y ayer muchas de ellas estaban ya llenas de visitantes que acudían llamados por el interés que despierta el único pueblo alfarero de Galicia. De hecho, ayer ya hubo las primeras ventas. Aunque la finalidad es la promoción de la olería de Buño y la comercialización de las piezas, la feria se complementa con actividades como demostraciones de torno, taller de barro para niños y actuaciones musicales, incluida una sesión nocturna de disyóquey.

Sin embargo, lo principal es mostrar el buen hacer de los artesanos, y para ello está abierta una exposición en la que ocho alfareros muestran sus creaciones más logradas, piezas que no se ponen a la venta, pero que podrían formar parte de las manufacturas de la próxima temporada. Llamó la atención una vajilla completa de O Rulo, que trabaja para muchos cocineros y que ha recuperado las tradición de decorar mucho las piezas. También la limpieza de los diseños de Santi Becerra, de A Cacharreira, y la profusión de símbolos de las creaciones de Eloy Mancebo, de Feituras.

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En las casetas de venta hay muchas piezas pequeñas, para que cada visitante pueda llevarse algún recuerdo a casa y cada vez más complementos de moda, desde pendientes a broches. También dos colores poco habituales como el blanco y el azul celeste. A pesar de todo, aunque con menos demanda, también se podían ver muchas de las piezas tradicionales del barro de Buño.