Anaïs Roux, psicóloga: «El estrés puede moldear la estructura y funcionamiento de nuestro cerebro con el tiempo»

SALUD MENTAL

La experta desvela los secretos de este órgano que «se nutre de la novedad»: «Cuanto más lo desafiamos con nuevas perspectivas, más creativos nos volvemos»
23 may 2025 . Actualizado a las 15:30 h.Anaïs Roux es licenciada en Psicología y ha trabajado durante más de diez años en el ámbito de las neurociencias y la psicometría. Es la creadora del pódcast Neurosapiens, que cuenta con más de tres millones de oyentes. Precisamente ese es el título de su nuevo libro, editado por Espasa, que acaba de llegar a las librerías de España.
—¿Nuestro cerebro sigue cambiando y evolucionando a día de hoy?
—Sí, absolutamente. Aunque la evolución humana es un proceso lento, nuestros cerebros individuales siguen siendo increíblemente plásticos a lo largo de la vida. La neuroplasticidad nos permite formar y reorganizar constantemente las conexiones neuronales en respuesta al aprendizaje, las experiencias e incluso las emociones. Esta adaptabilidad es más fuerte en la infancia y la adolescencia, pero continúa en la edad adulta. Por ejemplo, cuando adquirimos una nueva habilidad, practicamos la meditación o incluso nos recuperamos de una lesión, nuestro cerebro se reconfigura. Los factores ambientales, nuestro estilo de vida e incluso el estrés pueden moldear la estructura y el funcionamiento de nuestro cerebro con el tiempo. Por lo tanto, en cierto modo, nuestro cerebro siempre está evolucionando a nivel individual.
—¿Qué significa el amor para nuestro cerebro?
—El amor es una tormenta bioquímica en el cerebro que activa el sistema de recompensa de forma muy similar a las sustancias adictivas. Cuando nos enamoramos, la dopamina inunda el cerebro, creando euforia y un profundo deseo por la persona a la que estamos apegados. La oxitocina, a menudo llamada la «hormona del vínculo», fortalece la conexión emocional y la confianza. Al mismo tiempo, los niveles de serotonina disminuyen, lo que puede explicar por qué el amor puede volvernos obsesivos. Nuestra corteza prefrontal, responsable de la toma de decisiones racionales, se vuelve menos activa, por lo que el amor a veces nos hace correr riesgos o idealizar a nuestra pareja. En esencia, el amor es a la vez una poderosa experiencia emocional y una actividad neuronal profunda.
—¿Por qué nos enamoramos de una persona y no de otra?
—La atracción no es aleatoria, es una mezcla de biología, psicología e historia personal. Nuestro cerebro se siente atraído por las personas en función de señales inconscientes, como la simetría facial, el aroma, que refleja la compatibilidad del sistema inmunológico, y el tono de voz. Pero más allá de la biología, las experiencias personales juegan un papel muy importante: a menudo buscamos cualidades que nos resulten familiares o reconfortantes, incluso si no nos damos cuenta de ello de forma consciente. Los estilos de apego de la infancia también pueden influir en nuestras elecciones románticas. Además, el momento, las experiencias compartidas y los factores culturales dan forma a quién nos resulta atractivo. En resumen, el amor es tanto químico, cultural y profundamente personal. Pero aún no sabemos la razón exacta por la que nos enamoramos de una persona y no de otra, es realmente un cóctel complejo.
—¿Cómo actúa nuestro cerebro cuando nuestro corazón está roto?
—El cerebro procesa el desamor de forma similar al dolor físico. Se activan los mismos circuitos neuronales, por lo que el dolor emocional puede parecer tan real como una herida física. La ausencia de un ser querido altera el sistema de recompensa, lo que provoca síntomas de abstinencia similares a los de la adicción. Los niveles de cortisol aumentan, lo que incrementa el estrés y la ansiedad, mientras que la corteza prefrontal lucha por recuperar el control sobre los pensamientos obsesivos. El cerebro intenta «resolver» el problema reproduciendo recuerdos, lo que puede prolongar el sufrimiento. Sin embargo, gracias a la neuroplasticidad, con el tiempo y las nuevas experiencias, el cerebro se reconfigura y reduce gradualmente la intensidad emocional de la ruptura.
—¿Existen personas que son atractivas para todos los cerebros?
—Si bien algunos rasgos, como la simetría facial, la piel clara y el lenguaje corporal seguro, tienden a ser universalmente atractivos, la atracción sigue siendo muy subjetiva. Los estándares culturales, las experiencias personales e incluso las necesidades psicológicas influyen en lo que encontramos atractivo. Por ejemplo, alguien que irradia calidez y humor puede ser irresistible para una persona, pero no para otra. El estatus social y la familiaridad también influyen: cuanto más vemos a alguien, más atractivo puede volverse debido al «efecto de mera exposición». Por lo tanto, si bien ciertas características pueden ser ampliamente atractivas, la atracción es única para cada cerebro.
—¿Por qué a veces sentimos que tenemos la palabra en la punta de la lengua y no nos sale?
—Este fenómeno frustrante ocurre porque nuestro cerebro almacena las palabras en un sistema en red, donde el significado y el sonido están vinculados pero se procesan por separado. A veces, recuperamos el significado de una palabra pero no logramos acceder a su forma fonológica. Esto suele deberse a desconexiones temporales entre las vías neuronales, posiblemente causadas por el estrés, la fatiga o la sobrecarga cognitiva. Curiosamente, nuestro cerebro suele encontrar la palabra más tarde, cuando ya no la estamos buscando activamente. Realizar ejercicios mentales relacionados, como pensar en palabras similares, a veces puede ayudar a restablecer la conexión perdida.
—¿Podemos «ayudar» a nuestro cerebro a desarrollar la creatividad?
—Sí, la creatividad es como un músculo, se puede entrenar. El cerebro se nutre de la novedad y de las conexiones entre diferentes ideas, por lo que exponernos a experiencias diversas estimula la creatividad. Actividades como soñar despierto, viajar, leer ficción y dedicarnos a actividades artísticas mejoran el pensamiento creativo. El sueño también desempeña un papel crucial, ya que los sueños ayudan al cerebro a formar conexiones inesperadas. Dejar que la mente divague, alejarse de un problema e incluso practicar la atención plena puede aumentar la percepción. Cuanto más desafiamos a nuestro cerebro con nuevas perspectivas, más creativos nos volvemos.
—¿Deberíamos fiarnos más de nuestra intuición?
—La intuición es la capacidad del cerebro para procesar grandes cantidades de información rápidamente, a menudo basándose en experiencias pasadas y aprendizaje subconsciente. Puede ser increíblemente precisa en situaciones familiares, como reconocer un peligro o leer las emociones de alguien. Sin embargo, la intuición también es propensa a sesgos cognitivos y puede engañarnos, especialmente en situaciones complejas o desconocidas. El mejor enfoque es utilizar la intuición como guía, pero verificarla con el pensamiento racional al tomar decisiones importantes. Entrenar nuestra intuición a través de la experiencia y la reflexión puede hacerla más confiable con el tiempo.
—¿Qué sentido tiene que soñemos?
—La intuición es la capacidad del cerebro para procesar grandes cantidades de información rápidamente, a menudo basándose en experiencias pasadas y aprendizaje subconsciente. Puede ser increíblemente precisa en situaciones familiares, como reconocer un peligro o leer las emociones de alguien. Sin embargo, la intuición también es propensa a sesgos cognitivos y puede engañarnos, especialmente en situaciones complejas o desconocidas. El mejor enfoque es utilizar la intuición como guía, pero verificarla con el pensamiento racional al tomar decisiones importantes. Entrenar nuestra intuición a través de la experiencia y la reflexión puede hacerla más confiable con el tiempo.
—¿Cómo impacta lo que comemos en nuestro cerebro?
—La nutrición influye directamente en el funcionamiento del cerebro y la salud mental. Los ácidos grasos omega-3, presentes en el pescado y los frutos secos, favorecen la salud de las neuronas y el rendimiento cognitivo. Los antioxidantes de las frutas y verduras protegen las células cerebrales del estrés oxidativo. Por otro lado, las dietas ricas en alimentos procesados ??y azúcar pueden provocar inflamación, lo que perjudica la memoria y la toma de decisiones. El microbioma intestinal también influye: un equilibrio saludable de bacterias intestinales se ha relacionado con una menor ansiedad y una mejor regulación del estado de ánimo. Llevar una dieta variada y rica en nutrientes ayuda a mantener el cerebro alerta y resistente. La forma en que comemos también influye en nuestro cerebro y nuestra salud mental: come despacio, con atención plena y nunca descuides el placer.
—Nuestro cerebro es muy manipulable al márketing, ¿cómo resistirnos?
—Para resistir los trucos de márketing, debemos entender cómo explotan nuestros sesgos cognitivos. Los minoristas utilizan la escasez («¡solo quedan 3!»), la urgencia («¡oferta por tiempo limitado!») y los atractivos emocionales para empujarnos a tomar decisiones impulsivas. Para contrarrestar esto, es útil hacer una lista de compras y ceñirse a ella, evitar comprar cuando se está cansado o emocionado y hacer una pausa antes de hacer compras para evaluar si son realmente necesarias. También ayuda ser consciente de las estrategias psicológicas como el «anclaje», donde un precio inicial alto hace que un descuento parezca más atractivo. La toma de decisiones consciente nos protege de la manipulación.