La transformación de Ibai Llanos tras perder 60 kilos: «Hace once meses dormía con mascarilla»

EN REDES

El streamer de 30 años reflexiona en redes acerca de los beneficios que ha conseguido con este cambio radical de hábitos
08 may 2025 . Actualizado a las 17:29 h.A lo largo de los últimos once meses, Ibai Llanos se ha propuesto bajar de peso y cambiar su composición corporal. Y vaya si lo ha conseguido. El cambio radical del streamer más famoso de España, que ha decidido documentar a través de sus redes sociales, no solo es evidente desde el punto de vista de su aspecto físico. Casi un año de entrenamiento y una modificación sustancial de sus hábitos de vida le han reportado beneficios que hasta hace poco eran, para él, inalcanzables.
Su calidad de vida ha aumentado a tal punto que, como anunció esta semana en un sus redes, ha podido corregir su apnea del sueño, una condición que pone en riesgo la vida de las personas, ya que se asocia a un incremento significativo del riesgo de patología cardiovascular y empeora los problemas metabólicos. «Han pasado casi 11 meses desde que empecé el cambio físico. El próximo mes se cumple un año. Cientos de entrenamientos. Cientos de paseos. Cientos de kilómetros recorridos que han cambiado mi salud para siempre. Hace 11 meses dormía con mascarilla y con los profesionales diciéndome: "Ibai, ten cuidado, tienes que cambiar"», contó a los millones de seguidores de su cuenta de Instagram, en una publicación con fotos que ilustran el proceso de su transformación.
Este cambio ha sido beneficioso incluso mucho antes de llegar al momento actual. Ya a finales del 2024, Ibai contaba en X (antes Twitter): «Ahora mismo soy mucho más feliz pudiendo subir escaleras sin ahogarme, pudiéndome atar los cordones de las zapatillas, pudiéndome poner el cinturón del coche y poder dormir sin mascarilla porque pesaba 170 kilos». «No he hecho este cambio por estética. Lo he hecho por salud», remarcó en esa ocasión.
Dormir con mascarilla
La apnea obstructiva del sueño, la enfermedad por la que Ibai dormía conectado a una máquina de oxígeno, es una patología que afecta a la respiración. Se caracteriza por episodios repetidos de obstrucción parcial o total de las vías respiratorias superiores durante el sueño, lo que provoca pausas en la respiración (apneas) o disminución del flujo de aire (hipopneas).
Estas interrupciones pueden durar desde unos segundos hasta más de un minuto y suelen ir acompañadas de ronquidos, jadeos o despertares breves. Estas pausas reducen la oxigenación sanguínea y fragmentan el sueño, lo que puede provocar somnolencia diurna, dificultad para concentrarse, irritabilidad y otros problemas de salud. A largo plazo, se asocia con un mayor riesgo de hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y de ictus.
Al mismo tiempo, dormir mal puede desencadenar un hormonal. El cortisol es la hormona que nos activa, hace que nos pongamos en marcha, por lo tanto, el pico de cortisol está a primera hora de la mañana. Sin embargo, cuando dormimos poco, puede aumentar durante la noche y esto aumenta la resistencia a la insulina, disminuyendo nuestra tolerancia a la glucosa. «Esta mala gestión de la glucosa aumenta el riesgo de síndrome metabólico», señala la doctora María José Martínez Madrid, coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española de Sueño (SES).
Son numerosos los estudios que han vinculado la privación de sueño a una alteración de las hormonas implicadas en el metabolismo. Esto se debe a que, mientras descansamos, las diferentes hormonas modifican sus niveles. «El sueño, por definición, es una fase reparadora del cuerpo y el metabolismo tiene que estar en una situación diferente a la que adopta durante la vigilia. Si esto no se cumple, las hormonas incrementan la inflamación de bajo grado, un factor que asociamos al exceso de grasa», explica el endocrinólogo Albert Goday.
El rol del músculo
Desde junio del 2024, el streamer, de 30 años, ha adelgazado casi 60 kilos. Como contrapartida, ha ganado masa muscular. Todo esto, de la mano de Valentín Colominas, su entrenador personal. El experto ha atribuido el progreso de Ibai a una serie de medidas que no son especiales ni glamorosas, sino aquellas que tienen una base científica que las avala: «comer bien, entrenar fuerza y aumentar la actividad física», explicó en sus redes sociales.
Aunque al principio los entrenamientos se enfocaron en el ejercicio de fuerza, con el objetivo de incrementar la masa muscular, el entrenador ha revelado recientemente que Ibai ha comenzado a realizar también rutinas de running. Correr es uno de los ejercicios que más calorías consumen, ya que se debe poner en marcha todo el peso del cuerpo. Por esta razón, explica Colominas en sus redes, «realizar cardio y fuerza ayuda a perder grasa y ganar músculo a la vez».
El músculo es un tejido que tiene un rol crucial en la pérdida de peso y en su mantenimiento. Desempeña un papel fundamental en el metabolismo basal, es decir, la cantidad de energía que el cuerpo gasta en reposo. A mayor masa muscular, mayor será el gasto energético incluso sin actividad física. Según un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, el tejido muscular es metabólicamente más activo que el tejido adiposo, ya que consume más calorías para mantenerse, lo que significa que las personas con más músculo pueden perder peso más fácilmente o mantenerlo con menos esfuerzo.
Por otro lado, el músculo mejora la sensibilidad a la insulina que se ve disminuida en los pacientes con sobrepeso u obesidad. Como explica en esta entrevista el nutricionista y entrenador Ismael Galancho, «Nuestra glucosa en sangre está permanentemente elevada cuando no hacemos ejercicio físico o cuando tenemos mucha grasa corporal. Porque la insulina lleva la glucosa sobre todo al músculo. Y si somos sedentarios, nuestros músculos son como un depósito de gasolina lleno: por más que le eches, ya no cabe más. Si no hacemos ejercicio, no estamos dejando el espacio para nueva glucosa».
Cuando hacemos ejercicio, no solamente permitimos que el músculo utilice esa glucosa: mejoramos la capacidad de nuestro cuerpo para aprovechar nutrientes sin hacernos engordar. «El ejercicio altera todos tus reguladores hormonales y metabólicos. Después de hacer ejercicio, vas a tener vacíos tus depósitos de glucógeno. Entonces, tus músculos van a absorber los carbohidratos casi sin elevar la insulina, por eso, después de entrenar es el mejor momento para introducir carbohidratos», detalla Galancho.
Preservar y desarrollar la masa muscular es clave para evitar la pérdida de tejido magro cuando bajamos de peso. La recomendación habitual pasa por combinar el déficit calórico con el entrenamiento de fuerza para proteger el tejido muscular. Esto no solo permite conseguir una composición corporal más saludable, sino que también mejora la fuerza funcional y la calidad de vida a largo plazo.
Si queremos mejorar el estado de salud y obtener ese efecto protector del ejercicio sobre estas patologías y sistemas, lo que tenemos que hacer es un programa multicomponente que incorpore el trabajo de fuerza de grandes grupos musculares, también el trabajo analítico de pequeños grupos como la musculatura intrínseca de los dedos de la mano y, por supuesto, programas de componente cardiovascular. Con esto se aborda el riesgo de fragilidad de una persona», indica el fisioterapeuta Fernando Ramos, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF).
La motivación, un factor clave
Si los intentos previos de bajar de peso no le habían dado resultados a Ibai fue, según cuenta él mismo, porque perdía la motivación a mitad de camino. «Ánimo a todos los que estáis buscando un cambio. Yo lo tengo todo a favor y he fallado 200 veces. Hay que seguir. Ahora estoy modo toro», escribió en el 2024 en su cuenta de X. En esta ocasión, para motivarse, se lo vio entrenando no solo en sus sesiones con Colomina, sino acompañado en otros casos por el culturista Joan Pradells o el campeón de lucha UFC Ilia Topuria.