¿Por qué soñamos?: «Una sociedad con estrés y autoexigencia tiene más pesadillas»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Cuando las pesadillas se dan de una forma recurrente, se debe consultar.
Cuando las pesadillas se dan de una forma recurrente, se debe consultar. iStock

A día de hoy está demostrado que nuestra actividad onírica tiene una función sobre nuestro bienestar psicológico e incluso sobre nuestra creatividad y rendimiento cognitivo

14 mar 2025 . Actualizado a las 16:04 h.

«Una sociedad en la que predomina el estrés, la velocidad, la autoexigencia, la sobreestimulación, las redes sociales, las pantallas, tiene altísimas probabilidades de tener pesadillas», asegura Francisco Javier Segarra, psicólogo clínico y miembro del Grupo de Trabajo de Insomnio de la Sociedad Española del Sueño (SES). Nuestro contenido onírico, es decir, qué soñamos también depende de nuestro estado de ánimo. «Nuestro cerebro lo que necesita para poder dormir bien, también durante el sueño REM, es pausa, tranquilidad, orden y rutinas», añade el experto. Por lo tanto, sí, levantarnos perturbados por encadenar noches en las que solo tenemos pesadillas puede ser un aviso que nos manda este para intentar bajar el ritmo. 

Durante el confinamiento provocado por el coronavirus, una situación inusual y estresante para todos, varias investigaciones analizaron los contenidos de los sueños de las personas. Incluso se les acuñó con un término en inglés, quarandreams, y algunos, están recogidos en archivos disponibles al público, como la web Pandemic Dreams Archive

Uno de los estudios más relevantes se llevó a cabo en la Universidad de Helsinki (Finlandia), publicado en la revista Frontiers in Psychology. Después de recabar datos de cómo durmieron más 4.000 personas durante la sexta semana de cuarentena en el país nórdico, concluyeron que las personas durmieron más horas, pero de peor calidad, ya que les costaba conciliar el sueño o sufrían pesadillas de manera más recurrente. 

María Ángeles Bonmatí, licenciada en Biología y doctora en Fisiología, considera que «si extrapolamos este tipo de estudios a nuestra sociedad en su conjunto, aunque no existe esa parte más intensa de incertidumbre que se dio en la pandemia, es cierto que las personas viven estresadas, con agobio, malestar, conflictos personales o profesionales, y penurias económicas. Por lo que, sí, probablemente sí sea una sociedad más propensa a tener pesadillas». Pero ¿por qué? ¿Qué sentido pueden llegar a tener estas?

Una sociedad que duerme poco y mal

  • Se estima que en España un 10% de la población (más de cuatro millones de personas) presenta algún trastorno del sueño.
  • Otro 30% (más de 12 millones de personas) se despierta cada día con la sensación de no haber tenido un sueño reparador o finaliza el día muy cansado.
  • Los estudios demuestran que más de uno de cada dos adolescentes acude a clase habiendo dormido menos de 8 horas, cuando en ese momento del desarrollo necesitan dormir entre 8 y 10 horas por noche.

Fuente: Sociedad Española del Sueño (SES)

En qué momento de la noche soñamos o tenemos pesadillas 

Para entender por qué soñamos o tenemos pesadillas debemos conocer qué sucede mientras dormimos. El sueño se divide en dos fases: la de sueño profundo no REM y la REM (estas siglas corresponden, en inglés, a Rapid Eyes Movement):

  1. Etapa de adormecimiento, que dura entre cinco y diez minutos, aproximadamente. 
  2. Etapa de sueño ligero, que corresponde al 50 % de nuestros ciclos de sueño. Aquí, la respiración y ritmo cardíaco se van ralentizando. 
  3. Etapa de transición, que dura dos o tres minutos. Nos aceptamos a una relajación profunda. 
  4. Etapa delta o de sueño profundo. Suele ocupar un 20 % del total del ciclo del sueño. Es la más importante de todas, determina la calidad de nuestro descanso y es difícil despertarnos. 
  5. Etapa de sueño REM. Se llama así por el movimiento constante de los ojos bajo los párpados. Se da una alta actividad cerebral, incluso similar a la que tenemos despiertos, pero nuestros músculos están bloqueados. La mayor parte de los sueños o pesadillas, se producen en esta etapa. 

«La fase REM tiene una función muy importante a nivel emocional. El cerebro hace una especie de reset, por decirlo así, guarda los recuerdos que considera que debe guardar y elimina los ''malos''. Y sobre todo está, de alguna manera, ayudándonos dormidos a incorporar las emociones que vamos viendo en nuestro día a día», explica Segarra.

El experto menciona «cosas curiosas» que también suceden durante esta etapa del sueño: «Cuando estamos más deprimidos, aparece más sueño REM que, como hemos dicho, es donde soñamos. Por lo tanto, sí hay una cierta relación entre el estado anímico y la cantidad de sueño REM». Además, añade que uno de los efectos de la toma de antidepresivos es que la acortan. «Con lo cual, sí, existe una clara relación entre el estado anímico y el sueño REM, es decir, los sueños». 

¿Por qué soñamos?

A la pregunta «¿por qué soñamos?», Bonmatí confiesa que «en realidad, no está muy claro»: «Cuando se empezó a plantear la función o el porqué se producen sueños, una de las hipótesis era que estos no tuvieran ninguna finalidad en sí mismos, sino que simplemente fueran una consecuencia del sueño REM, ya que existe actividad neuronal en esa fase». 

Sin embargo, a día de hoy las investigaciones muestran que esa actividad onírica sí tiene una función sobre nuestro bienestar psicológico e incluso sobre nuestra creatividad y rendimiento cognitivo. «Los sueños nos pueden, de alguna manera, dar conocimiento de lo que me está pasando durante el día», confirma el psicólogo. 

Sabemos en qué parte de la noche se suelen producir los sueños y que tienen relación con nuestro estado emocional. Pero ¿podría decirse que estos pueden llegar a tener un significado que podemos analizar? En este caso, la pregunta tampoco es fácil de responder. «Lo que decimos es que no hay ninguna evidencia científica de lo que es la interpretación de los sueños, tal como planteaba, por ejemplo, Freud», indica Segarra. El neurólogo austríaco consideraba que el contenido de los sueños tenía que ver con los deseos latentes. La evidencia científica, demostró que no era cierto.

Con todo, la actitud que tenemos hacia los sueños sí puede estar relacionada con una salud psicofísica general. «Es decir, las personas que valoran y reflexiona sobre sus sueños sí pueden tener una mayor conciencia de su estado emocional y psicológico. Esto a medio plazo, puede contribuir a una mejor salud mental». Preguntarse el porqué hemos soñado determinada cosa o nos hemos sentido de determinada forma durante el sueño. Bonmatí, añade: «Incluso hay estudios que demuestran que soñar con un determinado problema que nos plantean antes de dormirnos hace que, al despertarnos, seamos capaces de resolverlo de una forma más creativa y eficiente». 

Las pesadillas como signo de que algo no va bien

Por lo tanto, si una persona tiene una preocupación durante su día, es probable que tenga una pesadilla con ella. «En el fondo, lo que hacemos mientras soñamos es, de forma abstracta e incoherente, procesar información en nuestro cerebro que nos va pasando durante el día», sostiene Segarra.

Además, puede que la propia persona cuando se despierte al día siguiente, no relacione el contenido del sueño con esa preocupación que tiene, pero eso no quiere decir que no exista. «El contenido del sueño, aunque seguirá siendo incoherente y quizás abstracto, puede tener una parte emocional que se relacione con eso. Es decir, si durante el día estoy estresado, es probable que mis sueños tengan un contenido de estrés. Y si estoy triste porque he perdido un ser querido o he pasado una ruptura sentimental, puede que al principio mi cebro, intentando recomponer ese daño, tenga sueños con contenidos de tristeza», explica el psicólogo. 

Sufrir pesadillas de forma ocasional es normal, el problema se da cuando estas se vuelven recurrentes. «Imaginemos, cada semana tengo cuatro, cinco o seis. Ahí ya estamos hablando de un trastorno». En este caso, se necesita valoración médica y psicológica. «Hay muchas causas, la más frecuente es el trastorno por estrés postraumático», indica el psicólogo. «También de un cuadro ansioso-depresivo u otro tipo de problemas relacionados con la salud mental», añade la fisióloga. 

«Cuando aparecen muchas pesadillas es el momento de pararse y ver qué puede estar pasando. Sobre todo en el caso de los niños pequeños. Cuando duermen muy bien y, de repente, empiezan a tener casi todos los días pesadillas, ahí hay dos problemas. Por un lado, se puede desarrollar cierta aversión al sueño, es decir, a dormir. Por el otro, puede ser síntoma de que algo está pasando en su día a día que a lo mejor su familia no es consciente», alerta Bonmatí.

Por lo tanto, «una vida tranquila y plena hará que una persona pueda soñar cosas apacibles y agradables, mientras que una persona que sufre estrés, conflictos en su día a día en el plano personal o profesional, seguramente tendrá sueños de contenido más desagradable». Porque aunque es imposible controlar lo que soñamos (a no ser que se forme parte del pequeño porcentaje de población que tiene sueños lúcidos), nuestras circunstancias sí pueden favorecer empezar el día sin la sensación desagradable de una noche con pesadillas. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.