Carola Pérez usa cannabis terapéutico para tratar su dolor crónico: «Es lo único que me hace no pedir la eutanasia»

ENFERMEDADES

David Calle

La presidenta del Observatorio Español del Cannabis Medicinal valora de forma positiva la regulación del uso medicinal de cannabis en preparados estandarizados y recalca que no se trata de «fumar porros»

08 oct 2025 . Actualizado a las 14:00 h.

A Carola Pérez (Madrid, 1978) el cannabis le salva la vida. Por eso, la presidenta del Observatorio Español del Cannabis Medicinal aplaude el paso adelante del gobierno de España. «Llevamos más de doce años, desde la asociación Dosemociones —de la que es fundadora— y desde el observatorio, trabajando en ello. Desde el minuto uno teníamos claro que el cannabis medicinal es una herramienta terapéutica segura más», cuenta. Destaca que no se trata de «fumar porros», como muchas personas podrían pensar, sino que se trata del último recurso terapéutico para personas a las que todo lo demás les ha fallado. Por eso, agradece que el ministerio de Sanidad haya cumplido con lo que se dijo. Eso sí, reconoce que todavía queda un largo camino por recorrer. «Vamos muy por detrás de otros países como Alemania, Suiza o Reino Unido».

Pese a ser insuficiente, sirve para empezar a cambiar la situación a la que se enfrentaban los pacientes. Para obtener cannabis terapéutico, tenían varias vías, y ninguna era óptima: «Podíamos acudir al mercano negro, que es muy negro», aclara. Aquí no existe trazabilidad del producto ni control. «También tenemos la opción de autocultivar las flores en casa y, con ello, producir aceites, entre otros».

Sin embargo, esto resulta muy laborioso y requiere conocimientos que no todos tienen ni deberían tener. «Además, podemos ir presas por ello y que luego el juez decida», expone Pérez. Se suma que, en muchas ocasiones, necesitan ayuda para cultivarlo, y el coste económico es muy alto por el precio de la luz.

Por último, el paciente podría acudir a clubes sociales de cannabis. Sin embargo, esta vía tampoco es la correcta. «Son espacios destinados a adultos con un consumo recreacional, no tienen la precisión que necesitamos el paciente en cuanto a dosis o acompañamiento», aclara esta madrileña, quien recuerda que su consumo no es inocuo y precisa un seguimiento y estabilidad en la dispensación.

Para regular su uso en cada individuo, el asesoramiento se hace, hasta el momento, mediante las asociaciones de pacientes como Dosemociones, que cuentan con profesionales de la salud que les ayudan. Su empleo destaca en diversos cuadros de dolor crónico, trastornos motores asociados a la esclerosis múltiple, caquexia en cáncer o sida, vómitos o náuseas asociados a quimioterapias oncológicas, entre otros.

Su vida con dolor comienza a los once años. Una caída patinando le provocó una rotura de coxis, y desde entonces, las fuertes molestias en su espalda han sido una constante. Recurrió a todas las opciones terapéuticas disponibles, incluso, microestimuladores o esketamina. Todo conducía a error. Un día decidió probar una infusión de esta planta y, por fin, pudo respirar tranquila.

Cuenta que pasó de tomar 19 pastillas al día a dos. Padece un dolor crónico neuropático que, según la Sociedad Española del Dolor, se describe como «muerte en vida».

No solo alivia el dolor, que también, sino que le da calidad de vida. «Sientes que te reduce la ansiedad, te abre el apetito, porque los pacientes con dolor no podemos comer, y sobre todo, te deja dormir», cuenta Pérez, que pone en valor el bienestar que supone. «Más allá del mecanismo del dolor, para un paciente es muy importante cómo está tu ánimo, si puedes dormir, comer o mantener conversaciones con tu familia y amigos y no aislarte», aclara.

A pesar del suplicio que provoca esta señal del sistema nervioso en la persona, hay toda una serie de factores que le rodean y que hacen que la calidad de vida sea uno u otra. «El cannabis tiene la ventaja de que a las personas que nos sirve, nos permite vivir decente. Es lo único que me hace no pedir la eutanasia», concluye tajante. Por eso, se alegra de que por fin les hayan escuchado.

Lucía Cancela
Lucía Cancela
Lucía Cancela

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.