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Granjas de olas, baterías de sal... La revolución energética está en marcha (y pasa por España)

El potencial del Mediterráneo

Granjas de olas, baterías de sal... La revolución energética está en marcha (y pasa por España)

Cordon / d.r.

'The Economist' acaba de señalar el potencial del Mediterráneo para liderar la transición energética. Repasamos los últimos avances con motivo del foro NextSpain sobre sostenibilidad y renovables que se celebra el 24 de junio en Sevilla.

Viernes, 21 de Junio 2024, 12:35h

Tiempo de lectura: 3 min

El mundo tiene un problema con las baterías: son contaminantes, ineficientes… Y, además, se han convertido en un arma geopolítica: los países sin minas de litio (es decir, casi todos) dependen de China. Cualquier solución pasa por reinventar las baterías… O prescindir de ellas. ¿La buena noticia? España está a la vanguardia en energías renovables y ya es el octavo productor a nivel mundial. El norte de Europa se consideraba el gran vivero de energía limpia del continente gracias a la abundancia de cascadas en Noruega (hidroeléctrica) y de volcanes en Islandia (geotermal). Pero The Economist acaba de señalar el potencial del Mediterráneo para liderar la transición energética.

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Ladrillos térmicos. La australiana MGA Thermal fabrica ladrillos que almacenan y transfieren electricidad limpia. Están rellenos de partículas metálicas que se calientan y, al derretirse, retienen el calor incluso de noche.

«España recibe 4,6 kilovatios por hora de luz solar por metro cuadrado cada día, casi el doble que Alemania. Y lo está aprovechando», explica el semanario. Además, se beneficia, por su proximidad a la costa africana, de un efecto túnel que favorece a las plantas eólicas. Y ha apostado, con Portugal, por convertirse en el gran hub europeo del hidrógeno verde… ¿La no tan buena? La gran limitación de las renovables es su intermitencia. No siempre hace sol ni sopla el viento… Y las baterías todavía no son capaces de almacenar toda la energía que se produce en los huertos fotovoltaicos y aerogeneradores. Esto hace que el mercado eléctrico sea muy volátil. Pero puede haber una red de seguridad, como advierte el experto Vaclav Smil.

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Granjas de olas. El vaivén de la superficie del mar proporciona una energía más constante que la eólica o la solar. Por tanto, no necesita almacenamiento. Las granjas de olas aspiran a completar el mix energético.

«Hay ciudades superpobladas en Asia donde no ven la luz del sol durante meses. Allí sería un suicidio confiar solo en las renovables, a no ser que veamos una revolución tecnológica». Pues bien, empezamos a verla. La primera opción pasa por fabricar baterías con materiales que abundan en el planeta: la sal, el hierro, el aire… Una liberación de la dictadura del litio.

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Cachitos de hierro y aire. La batería favorita de Jeff Bezos es la de hierro-aire, basada en la oxidación reversible: durante la descarga toma oxígeno del aire y oxida el hierro; cuando se carga, 'resucita' el metal.

Aunque no deja de ser un enfoque tradicional. La segunda opción es más rompedora: reduzcamos la presencia de baterías. Por ejemplo, la energía sobrante en un panel solar puede usarse para impulsar agua y elevarla. De este modo, se obtiene energía potencial: solo hay que dejar caer esa agua sobre unas palas y ya tienes electricidad.

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La más salada. Otra opción para sustituir al litio, cobalto o níquel, cuyos yacimientos son escasos y contaminantes, es el sodio. Tiene la desventaja de que estas baterías pesan más, pero hay sal (cloruro de sodio) para dar y tomar…

Pero existe otra alternativa inagotable: las granjas de olas. Y recordemos: España tiene 8000 kilómetros de costa. La energía undimotriz (u olamotriz) todavía está poco desarrollada, pero cuenta con casos de éxito en el Cantábrico, como la planta que abastece a la localidad de Mutriku (País Vasco) y que despierta gran expectación, con otras veinte iniciativas en marcha. La urgencia es evidente. El aumento del consumo energético que se avecina con la inteligencia artificial es exponencial. Y España es uno de los países con más centros de datos (140 y 30 en proyecto).