¿Es alergia o resfriado? Las claves para diferenciar uno de otro

La Voz de la Salud

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¿Es alergia o catarro?
¿Es alergia o catarro?

Los síntomas son parecidos, pero la duración varía entre los cuadros clínicos

04 jun 2025 . Actualizado a las 17:05 h.

Mucosidad, picor de ojos, estornudos o malestar general. Síntomas, todos ellos, que pueden llevar a uno a plantearse si es catarro o es alergia, especialmente, en días de subidas y bajadas de temperatura. La manifestación clínica de ambos es similar, aunque el origen dista mucho uno del otro. 

El resfriado común es una infección de carácter leve de las vías respiratorias causada por un virus. Se contagia de persona a persona a través de las gotitas de la tos o estornudos, y también de las manos. Es habitual que comience en la nariz y, en ocasiones, puede progresar hasta los bronquios. 

La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) explica que una persona puede padecer de dos a cinco catarros al año, aunque los niños pueden tener alguno más, sobre todo, desde que van al colegio o a la guardería. 

Por su parte, la alergia es una respuesta exagerada que tiene el sistema inmunitario frente a un posible invasor: «El error no está en el tipo de respuesta ni en su intensidad sino en lo que la causa, que en principio no constituye ninguna amenaza», detalla Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Los agentes que la provocan no suponen un reto para la mayoría de la población. Los ácaros de polvo, el polen, los colorantes, la picadura de insectos, ciertos alimentos o algunos medicamentos son ejemplo de ellos. La manifestación clínica de esta enfermedad es diversa y depende del agente causante. 

La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica explica que una de las diferencias principales es la duración y aparición de estos síntomas. Mientras que en el catarro suelen presentarse de forma repentina, con una duración limitada en el tiempo de unos quince días, «la alergia se alarga durante semanas y aparece de manera recurrente», indica. 

Claves para diferenciar una rinitis alérgica de un catarro

En materia de síntomas, también hay rasgos característicos de unos y otros. El resfriado puede conllevar fiebre y malestar general, como dolor muscular y cansancio. La alergia, por su parte, produce picor y mucosidad pero no fiebre. Eso sí, la fatiga puede afectar al paciente, derivada de los propios síntomas. 

Ahora bien, una de las mejores formas para diferenciar un cuadro de otro es, según la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap), es observar el picor de la nariz. Mientras que en el resfriado es leve, en la rinitis alérgica es intenso y muy molesto. «Además, en esta los síntomas son más persistentes, al menos cuatro  días de la semana por al menos cuatro semanas seguidas», precisa la entidad, que recuerda que, además de síntomas nasales, una alergia puede productor molestias en los bronquios y tener signos compatibles con el asma, por eso es tan importante controlar la rinitis en cuatro aparezca. Es más, señala que si en cuatro semanas los síntomas del resfriado no desaparecen puede ser una rinitis alérgica, «que puede manifestarse durante una sola estación o durante todo el año». 

Otras característica fundamental de la alergia es que el moqueo nasal es siempre líquido y transparente como el agua; son frecuentes los estornudos en racha; existe picor en la nariz o en el paladar y, en ocasiones puede aparecer tos, causa por las mucosidades que bajan por la garganta.  Además de la rinitis, la persona puede presentar conjuntivitis alérgica. Esta produce el enrojecimiento de los ojos, picor y lagrimeo. 

El catarro, agua y paracetamol, la alergia, con antihistamínicos

Así como la causa de una enfermedad y otra es diferente, también lo es el tratamiento. Las alergias no son contagiosas, y su abordaje implica antihistamínicos, encargados de bloquear la acción de la histamina, una sustancia que causa síntomas como la congestión nasal o el lagrimeo; descongestionantes; colirios antialérgicos y corticosteroides, que reducen la inflamación de la mucosa nasal. 

Por su parte, el resfriado común, que puede estar causado por diversos virus (sobre todo, rinovirus) no requiere antibiótico. De hecho, no se prescribe tratamiento para eliminar este patógeno, sino para mejorar los síntomas. Así, para el dolor de cabeza, precisa la Semfyc, se puede tomar paracetamol o ibuprofeno. Para reblandecer la mucosa, la entidad recomienda vahos de vapor de agua, ponerse suero fisiológico o agua con sal en la nariz, beber mucha agua e infusiones, y no fumar. 

En el caso de la alergia, la recomendación principal es evitar la causa, pero en muchas ocasiones este consejo cae en saco roto porque la reacción se produce a múltiples pólenes. Si la alergia es a los ácaros, la Semfyc recomienda extremar la limpieza en casa, evitar el polvo, usar un aspirador y, si es preciso, retirar las moquetas, las alfombras y las cortinas, sobre todo, en las habitaciones. 

En cambio, si la alergia es al polen, se recomienda no hacer salidas al campo, especialmente, los días ventosos y soleados; usar gafas de sol en caso de tener conjuntivitis; cerrar las ventanas de casa tras haber realizado la limpieza, y en el coche, usar filtros de polen y cerrar las ventanillas. 

Las alergias respiratorias

En el mundo de las alergias, existen cuatro tipos. Las respiratorias, como la que se presenta al polen o a los ácaros; las alimentarias; a los medicamentos o a los insectos. De las primeras, la más frecuente es a los ácaros del polvo, que viven en ambientes húmedos y de costa. «Los tenemos todo el año y sobre todo en nuestra casa, en la habitación, y más concreto, en la cama», precisaba Ángela Meijide, alergóloga de la Seaic, en este reportaje

En cada área geográfica existe un tipo de polen predominante. Por ejemplo, en invierno las protagonistas son las cupresáceas, pero estas se encuentran en el centro de España. En el interior de Galicia está el polen de aliso, un familiar del abedul, cuyos signos ya se pueden empezar a notar en febrero. «En la costa de Galicia, la parietaria, que es familiar de la ortiga y que también puede empezar a notarse», apuntaba la experta.

Con todo, lo más habitual es que los síntomas se inicien en marzo, «mientras que la gramínea, que es polen por antonomasia en toda la Península, estaría más concentrado en los meses de mayo, junio y julio», aclaraba.

Cada estación trae consigo la polinización de diferentes árboles o plantas. En el caso de las gramíneas y el olivo, causantes de la alergia de un gran número de personas a nivel nacional, ocurre en primavera. Pero, de diciembre a marzo, polinizan la familia de las cupresáceas, como cipreses o arizónicas. Estas últimas suelen causar síntomas intensos de rinoconjuntivitis como picor ocular, nasal, estornudos, mucosidad nasal, y en algunos casos clínica asmática como puede ser tos y dificultad respiratoria.