El acusado de matar a Nerea Añel dice en el juicio que se separaron cerca de un motel: «Nos dimos un beso y quedamos en vernos al día siguiente en Covadonga»

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE

OURENSE CIUDAD

Julio González Sierra durante su declaración en la Audiencia Provincial de Ourense
Julio González Sierra durante su declaración en la Audiencia Provincial de Ourense Miguel Villar

Dos acusaciones piden 14 años de cárcel para el novio de la joven de 26 años que desapareció en Ourense en enero del 2020

21 feb 2024 . Actualizado a las 15:09 h.

A Nerea Añel le faltaban pocas semanas para cumplir 27 años cuando desapareció. Era el mes de enero del 2020 y, tras la denuncia de su madre, las fuerzas de seguridad empezaron a buscarla. Sus allegados empapelaron las calles de Ourense con carteles en los que aparecía su foto y se pedía información a cualquiera que hubiera podido verla, pero nunca hubo una pista fiable sobre su paradero y la búsqueda se detuvo con la irrupción del coronavirus, que lo paralizó todo. Meses después, en septiembre, unos caminantes encontraron su cuerpo en el cauce de un arroyo de Barbadás, cerca de un motel en el que se habían hecho varias búsquedas. Según se comprobó, la joven había muerto poco después de que su familia la viera por última vez.

Desde este lunes el hombre que en aquellas fechas era el novio de Nerea se sienta en el banquillo de acusados de la Audiencia Provincial de Ourense. A Julio González Sierra, de 33 años, se le acusa de un delito de homicidio por el que tanto la Fiscalía como la acusación particular, que ejerce la madre de la víctima, piden 14 años de cárcel. Un jurado popular, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, se encargará de dirimir sobre su culpabilidad o inocencia en los cargos que se le imputan y que él siempre ha negado. Lo hizo durante la instrucción del caso y lo volvió hacer este lunes, nada más arrancar la vista. Cuando lo escuchó, el tribunal ciudadano ya había sido advertido por el fiscal de que el investigado es la única persona que puede mentir en la sala de vistas. 

Custodiado por dos agentes de Policía Nacional y tras haber sido trasladado esa misma mañana desde la prisión provincial de Pereiro de Aguiar, en la que cumple condena por delitos contra la propiedad, Julio negó haber tenido relación alguna con la muerte de su novia, asegurando que estaba viva cuando la vio por última vez aquel 15 de febrero. «La conocí en un piso de Covadonga», relató a preguntas de su abogada, las únicas que quiso contestar, sobre los inicios de la relación entre ambos. Nerea había caído en el infierno de las drogas tiempo atrás y había dejado su entorno familiar y social, trasladándose a vivir a un barrio de Ourense en que el están operativos muchos puntos de venta de estupefacientes. Julio relató que ambos consumían todos los días y que él robaba «3.000 euros diarios» para poder costear la dependencia de ambos.

En relación al día de los hechos, explicó que habían pasado la noche en el motel Cancún, de Barbadás, después de haber robado la noche anterior a un taxista. Tras un periplo de idas y venidas que ilustró con detalles, se situó de nuevo en el establecimiento, a última hora de la tarde. Aseguró que ambos iban a coger un taxi para regresar a Ourense cuando la empleada del alojamiento advirtió al profesional de que el día anterior habían robado a un compañero, lo que disuadió al conductor. Entonces, se echaron a andar por la carretera. Cerca de una curva vieron acercarse a un coche de la Guardia Civil y creyeron que iban a detenerlos a ellos por el delito del día previo. Nerea, según la versión de Julio, le habría informado entonces de su intención de entregarse. «Nos separamos; nos dimos un beso y quedamos en vernos al día siguiente en Covadonga», relató al jurado el sospechoso sobre la última vez que vio a la chica. Ella, explicó, no tenía antecedentes y estaba convencida de que aunque la capturasen las fuerzas de seguridad quedaría libre a las pocas horas.

«Yo pensé que la habían detenido», insistió el acusado, quien también negó conocer la zona en la que apareció el cuerpo de Nerea. «Estuve muchas veces en el motel, iba a drogarme y a hacer el mal, pero nunca vi ese camino en mi vida», afirmó. Su abogada, Cristina Rial, tildó lo ocurrido de «una desgraciada fatalidad, un accidente» y anunció su intención de pedir una sentencia absolutoria para su cliente. 

Pudo ayudarla y no lo hizo

Pero la versión que plantean las acusaciones sobre lo ocurrido aquel día es bien distinta. El primero en adelantar al jurado su teoría fue el fiscal, que calificó la muerte de la joven como «la manifestación más extrema de la violencia de género». Según esta parte, el día de los hechos, y tras el incidente con el taxi, la pareja huyó por el sendero que bordea al motel, paralelo a la carretera. En ese desplazamiento, la joven se habría caído y habría sufrido un golpe en la cabeza que la dejó malherida. «Julio estaba con ella, pudo prestarle ayuda, pero no lo hizo y eso provocó su muerte», afirmó Julián Pardinas, que cree que el sospechoso cargó luego con el cuerpo de la chica y lo trasladó hasta el cauce del río, donde la abandonó. «Nerea podía haber recibido ayuda, su muerte no fue instantánea», dijo el representante del ministerio público, que tildó de «mentiras» todas las explicaciones que ha dado Julio hasta el día de hoy. «Vamos a acreditar que cometió un homicidio», anuncio al jurado.

El abogado de la acusación particular, Jorge Temes, considera que Julio tuvo un papel más directo en la muerte de su novia. Lo describió como un hombre de «naturaleza violenta», sospechando que acabó con la vida de la chica cuando ambos iban por el sendero, tras intentar sin éxito coger el taxi. «Luego escondió su cuerpo en el cauce, en una zona de difícil acceso, para eludir su responsabilidad», aseguró. «Las mentiras del acusado despistaron a todo el mundo», afirmó sobre las declaraciones que hizo Julio en relación a la presunta detención de Nerea, que nunca se produjo. «El sufrimiento de la familia solo es achacable a esas mentiras», advirtió. Según su teoría, que tratará de demostrar con pruebas a lo largo de los próximos días, el acusado «atacó a Nerea para causarle la muerte», mintiendo luego a todos los que le preguntaron sobre lo ocurrido aquella tarde.

El jurado, en el lugar de los hechos

Tras estos primeros informes y la declaración del acusado, el jurado se trasladó al lugar de los hechos para realizar un reconocimiento judicial en el que también participó el investigado. El interés de esta prueba radica en el que los ciudadanos que tendrán que decidir sobre los hechos puedan conocer in situ el lugar en el que ocurrieron y hacerse una composición de lugar. La vista continuará este martes en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Ourense, presidida por el magistrado Antonio Piña. Para la segunda sesión están citados trece testigos, entre ellos la madre de la víctima.