La entelequia XIDE: cuando el paciente dice «deume unha volta»

Felipe Trillo Taboada de Zúñiga AL HILO

OPINIÓN

EDUARDO PEREZ

29 mar 2024 . Actualizado a las 09:35 h.

Ejemplos de 2024, vividos en primera persona, en el centro de salud de Carballo, donde trabajo: un paciente dijo en el mostrador que le estaba «dando un infarto», en consulta vimos que presentaba ansiedad en relación con una ruptura sentimental; otro refirió en el mostrador haber sido «picado por una araña», resultó ser un herpes zóster en un costado. Cómo olvidar a aquel paciente, atendido en Curtis, que pidió cita por una «insolación» y tenía un infarto de miocardio.

Interpretar los síntomas, siempre subjetivos («deume unha volta»), que refiere un paciente y hacer las preguntas precisas para poder dilucidar lo que realmente le está ocurriendo es consustancial arte de la medicina. Aún nos referimos a esta destreza con su nombre griego: anamnesis. Una buena anamnesis sigue (y seguirá) distinguiendo a los médicos excelentes, pues únicamente encontrando el verdadero problema que tiene el paciente podremos darle alivio o cura (si la tiene). 

Aspirar a simplemente «trasladar la queja del paciente», literal y «sin valoración alguna», a un programa informático y que este pueda orientar la atención que necesita es una perversión de la anamnesis. Pretender que esto, además, se realice en el concurrido vestíbulo de un centro de salud, y por parte del personal de servizos xerais (cuya función es administrativa) es un asalto a las competencias de cada categoría profesional. Además, que con este simple «traslado de la queja» se asigne un color y un posible tiempo de espera constituye una forma de triaje que convierte la atención ambulatoria reglada en un servicio de urgencias.

Por eso XIDE no gusta, prácticamente, a nadie. Pregunten, si no me creen, en su centro de salud más cercano. No gusta a los pacientes, que pierden en confidencialidad y que quedan a expensas de un programa informático (programa que, inevitablemente, se equivocará en algún momento). No gusta al personal de servizos xerais, que no desean hacer preguntas médicas a los ciudadanos. Y por eso XIDE tampoco se usa como fue ideado (repito, pregunten al personal de servizos xerais): la inmensa mayoría de las citas XIDE se dan como «ausencia de motivo de consulta». Y mientras dan estas citas, el personal de servizos xerais sigue trabajando con su habitual diligencia: respetando la confidencialidad de los usuarios y preguntando a los sanitarios del centro de salud si tienen dudas. Estos datos se tienen que manejar en la consellería.

XIDE tampoco gusta, desde luego, a la profesión médica de Galicia, que mediante su Consello Galego de Colexios Médicos, y en virtud de su deber constitucional de garantizar la calidad en la atención médica, ha solicitado numerosas veces su retirada, en última instancia ante la justicia. Supimos esta semana que el TSXG ha amparado la lógica del XIDE. Lamentablemente, los que atendemos a pacientes a diario vivimos y nos debemos a otra lógica más antigua, la clínica, que seguiremos defendiendo.