Las 9 cosas por las que siempre recordaremos a Bruce Willis

Iago García
IAGO GARCÍA LA VOZ

CULTURA

En las dos fotos a la izquierda, Bruce Willis en La Jungla de Cristal (arriba) y Armageddon (abajo). En las imágenes de la derecha, de arriba a abajo, con Cybill Sheperd en la serie Luz de luna, con Demi Moore cuando estuvo casado con ella y una imagen familiar reciente con sus cinco hijas, Demi Moore y su actual mujer, Emma Heming
En las dos fotos a la izquierda, Bruce Willis en La Jungla de Cristal (arriba) y Armageddon (abajo). En las imágenes de la derecha, de arriba a abajo, con Cybill Sheperd en la serie Luz de luna, con Demi Moore cuando estuvo casado con ella y una imagen familiar reciente con sus cinco hijas, Demi Moore y su actual mujer, Emma Heming

Es una de las estrellas de Hollywood más brillantes de todos los tiempos, pero va perdiendo lucidez a pasos agigantados por la demencia y su exmujer Demi Moore dijo estar preparada ya para un «emotivo adiós». Los momentos y escenas que nunca olvidaremos

05 may 2024 . Actualizado a las 18:38 h.

En los últimos tiempos, al hablar del actor Bruce Willis, es inevitable no usar la coletilla de «no es el que era» al referirse a él. Y es cierto que, tras ser diagnosticado hace un par de años con demencia frontotemporal, su estado ha empeorado hasta tal punto que hasta su círculo más cercano se prepara para un desenlace fatal. Incluso su exmujer, Demi Moore, dijo estar preparada «su emotivo adiós» tras verlo «pasar por sus luchas». Pero en el caso de Willis, decir que no es el que era, es también algo lógico, porque como espectadores lo hemos visto siendo un héroe en muchas ocasiones o el galán más deseado en algunas otras. A sus 69 años ha participado en algunas de las películas más conocidas de la industria de Hollywood, como Pulp Fiction, Armageddon o El Sexto Sentido. Y en televisión se convirtió en los 80 en un icono gracias a encarnar al detective David Addison Jr en Luz de Luna. A continuación vamos a recordar los 9 motivos por los que nunca lo olvidaremos.

 1. Héroe americano nacido en Alemania

Sí. Willis ha encarnado a personajes típicamente americanos, como el inolvidable John McClane en La Jungla de Cristal. Pero ser, es alemán, aunque de padre estadounidense. Su progenitor era un militar norteamericano que cumplía misión en el país europeo durante la Guerra Fría. Se enamoró de una joven alemana y Bruce nació diez años después de que terminase la II Guerra Mundial, en 1955, en Idar-Oberstein, en la región de Renania, al suroeste de Alemania. 

2. Venció su tartamudez con teatro

De jóvenes, e incluso en la edad adulta, han sido muchos los intérpretes que no han dudado en decir que han tenido tartamudez. Actrices de la talla de Nicole Kidman o Marilyn Monroe han reconocido en entrevistas haber pasado por este trastorno del habla, que se lleva mal y empeora cuando alguien se pone nervioso. Bruce fue tartamudo. Y se curó curiosamente aprendiendo la que sería su profesión. Siendo un chaval se apuntó a clases de teatro y fue entonces cuando se dio cuenta de que fingiendo como actor ser otra persona mantenía a raya la tartamudez. «Hice una función en algún sitio, probablemente en el instituto y cuando memorizaba las palabras, no tartamudeaba, lo cual era todo un milagro», explicó en su día Bruce al respecto. 

3. «Yippee Ki Yay, motherfucker», o cómo convertir algo improvisado en icónico

Cualquiera que haya visto la saga de La Jungla de Cristal (Die Hard en versión original) estará de acuerdo en que John McClane es uno de los personajes más valientes de la historia del cine de acción. Un detective del Departamento de Policía de Nueva York al que sus métodos de vigilancia y su desprecio a los superiores a punto están de costarle el puesto en más de una ocasión. Pero a su vez acabará convertido en héroe nacional, salvando a civiles de terroristas y mercenarios que lo ponen siempre en situaciones límite. Su frase más famosa es «Yippee-ki-yay, motherfucker». Y es una aportación de Willis que no estaba en el guión y que improvisó durante el rodaje de la primera película. La pronuncia en los momentos decisivos en los que va a matar a alguien (malo malísimo siempre, por supuesto) porque consideró que el personaje necesitaba una expresión «típica de cowboy». Gustó tanto que el actor acabó repitiéndola en el resto de cintas de la saga, pasando a ser a su vez una de las más conocidas de la historia del cine.          

4. Se sacrificó para salvar la humanidad

En Armageddon, dirigida por Michael Bay en 1998, un asteroide gigante amenaza la Tierra. Nuestro planeta corre peligro y quién mejor que Willis para salvarnos. En esta película interpreta a Harry S. Stamper. Este perforador de petróleo liderará a su equipo, formado por trabajadores de plataformas petrolíferas, en una difícil misión: son enviados por la NASA al espacio para destruir el meteorito que puede acabar con nuestro planeta. La idea es, taladrar la superficie y hacer explotar una bomba atómica en su interior. Este plan sin fisuras ha convertido esta cinta en un clásico del cine de acción, pero es especialmente recordada por el momento en el que Harry se queda solo en el bólido que viaja rumbo a la Tierra. Salva a todos sus compañeros y decide morir, no sin antes presionar el botón que salva a la Humanidad mientras recuerda los momentos más dulces vividos con su hija Gracie. Es imposible que no caiga una lagrimita con este momento que empieza con una memorable despedida.  

5. «Me das fuego y, si me tocas, te mato»

De entre todas las escenas de tipo duro, las de en El último boy scout, quizás sean las que acabaron forjando su fama de hombre despiadado capaz con su carácter y fuerza de hacer frente a cualquier malote que se le pusiera por delante. De hecho, ¿quién no ha tenido un repetidor mal encarado en su clase que acababa sus patéticas amenazas con el añadido «te mato»? En Galicia, incluso un vecino de la parroquia de A Lonia, en el concello de Ourense, hizo de Willis amedrentando a los ladrones que lo amenazaron con esa fórmula. Y eso que, según una memorable pieza del Galicia Noticias de TVG, los cacos llevaban una «espingarda de canóns recortados». Un valiente el señor Garrido.  

Este método ahuyenta malhechores no fue idea de Bernardino, ya nos gustaría a lo gallegos contar con un héroe así. El principal culpable de esta curiosa costumbre de la violencia dialéctica es Bruce. La frase la empleó en esa película de 1991 y se popularizó enormemente. En España, la voz de su doblador, Ramón Langa (también hace de Kevin Costner), favoreció esa imagen ruda y aguerrida que todos nos hacemos de Willis.   

6. El cásting de Luz de luna, el icono sexy de los 80

Quienes se dedican al mundo de espectáculo necesitan una pizca de suerte para triunfar. Bruce, hasta conseguir el éxito, fue camarero y vigilante de seguridad. A veces, participar o no en un gran proyecto depende tan solo de que una prueba de selección guste a unos desconocidos que no saben ni cómo nos llamamos. En el caso de Willis, esa suerte fue el cásting de la serie Luz de luna, que entre 1985 y 1989, lo convirtieron en una celebridad. Esa producción fue para él lo que Urgencias para George Clooney o La Casa de Papel para Úrsula Corberó. Pero, ¿por qué lo eligieron a él? Al parecer, en la prueba de selección, mostraban las tomas que grababan los actores a un grupo de mujeres, dado que los productores querían impactar en ese público principalmente. Una de ellas dijo que «acostarse con Bruce es como hacer el amor con el peligro». No hubo que darle más vueltas.    

7. Estuvo en Pulp Fiction porque él quiso

Cuando en 1994 Quentin Tarantino planea rodar Pulp Fiction, el caché de Willis ronda los 10 millones de euros. La cifra estaba totalmente fuera del alcance del cineasta que ya había sorprendido al mundo con Reservoir Dogs. Pero Bruce, quizás sabedor del talento que atesoraba un director que acabaría revolucionando la industria, no quiso dejar de tener su papel en la película. Así que por la módica suma de 800.000 euros se metió en la piel de Butch Coolidge. No se equivocó con la elección y Tarantino le regaló una de esas escenas en las que parece detenerse el tiempo mientras alguien sufre: la de la katana. Entre eso y que él no conducía una moto, sino «una chopper», tuvo el espaldarazo de culto que necesitaba en su carrera.  

8. El muerto más vivo del cine

El indio M. Night Shyamalan alumbró en 1999 la película de cabecera dentro del subgénero del suspense psicológico sobrenatural, El sexto sentido. En ella Willis es un psicólogo infantil que auxilia a niños a lidiar con sus poderes mentales. Así, en el papel del doctor Malcolm Crowe, ayuda a Cole Sear, interpretado por un jovencísimo Haley Joel Osment. Shyamalan dijo en varias ocasiones que buena parte del éxito que tuvo la cinta se debió a la ayuda actoral que Bruce prestó a Haley, tan solo un niño por aquel entonces. El momento en el que el chaval dice la famosa frase «en ocasiones veo muertos», que supone la gran revelación para el protagonista y los espectadores, es especialmente memorable. 

9. El matrimonio más feliz de Hollywood

Parejas famosas salidas del celuloide hay muchas, pero muy pocas formaron un matrimonio tan sólido como Demi Moore y Bruce Willis entre los años 1987 y el 2000. Tuvieron tres hijas que adoran a su padre y ambos tienen una excelente relación a día de hoy, aunque hace ya casi 25 años de su separación.

Incluso cuando Moore se casó con otro actor, Ashton Kutcher, 15 años más joven que ella, Willis estuvo en primera fila en el enlace. Él, por su parte, se enamoró de la modelo Emma Heming, con quien tuvo otras dos niñas.

Las siete mujeres de su vida lidian ahora con la enfermedad de Willis (ocho, si tenemos en cuenta que la más mayor le ha dado ya una nieta), una demencia frontotemporal que hace que poco a poco no las reconozca y que ni siquiera entienda lo que le dicen. A pesar de ello no hay un solo día en que no estén con él para darle el cariño final que se merece alguien que nos ha brindado tantos buenos momentos en la pequeña y en la gran pantalla.