Viernes, 12 de Abril 2024, 11:06h
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Puede que estos tiempos atolondrados lo sean, entre otras razones, porque andamos tan bien surtidos de listos como cortos de sabios. Puede que esto suceda, entre otras cosas, porque hemos confundido saber con adquirir destrezas, acumular informaciones o simplemente aprender a buscarlas y usarlas. Saber es algo distinto: haber observado, haber escuchado, haber leído el libro del mundo y haber llegado a interiorizar sus lecciones, que nunca son inmediatas ni evidentes. Algo que, como nos muestran dos de nuestras cartas, bien puede haber alcanzado un analfabeto y en lo que puede ser neófito un acumulador de másteres y doctorados. No digamos ya cualquiera de los espabilados que con un poco de suerte o de éxito ya van de gurús. Es más complicado. Y el que sabe... poco presume de ello.
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