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‘Vampiros de datos’: ni te imaginas la información que extraen de ti y de tu coche

influyen hasta en el precio de tu póliza del seguro

‘Vampiros de datos’: ni te imaginas la información que extraen de ti y de tu coche

| Mekakushi.

Se amparan en tu presunto consentimiento para extraer información tuya en Internet que luego venden a terceros. Así es el nuevo gran negocio que manejan los vampiros de datos. Un ejemplo es tu coche. Ni te imaginas la cantidad de información que das cada vez que lo arrancas... ni lo que toda esa información cuenta de ti.

Viernes, 05 de Julio 2024, 09:48h

Tiempo de lectura: 9 min

Kenn Dahl presume de ser un conductor meticuloso. Este ciudadano de Seattle (Estados Unidos) nunca ha dado un parte de accidente. Pero en enero su compañía le subió la póliza un 21 por ciento. Molesto, buscó alternativas… Pero todos los seguros eran más caros. «Lo siento, no puedo hacer nada. Su informe de LexisNexis es negativo», le explicó el enésimo empleado al que pidió presupuesto. «¿Mi informe de qué?», le replicó Dahl, que jamás había oído hablar de LexisNexis. Como casi nadie. LexisNexis, por el contrario, sabe mucho de casi todos…

Cuando hablamos de problemas de privacidad, nos vienen a la mente cinco gigantes: Google, Facebook, Amazon, Apple y Microsoft, pero hay un mercado en la sombra que ya mueve 220.000 millones de euros

El informe era confidencial, pero Dahl lo requirió a la propia LexisNexis amparándose en las leyes de defensa del consumidor. Le enviaron un tocho de 258 páginas en el que se detallaban todas las veces que había cogido el coche, él o su mujer, en los últimos seis meses (640), con horas de inicio y fin de trayecto, velocidades… Cada acelerón y cada frenazo estaban ahí. Y se valoraba si habían sido bruscos, agresivos, a destiempo… En definitiva, era un análisis completísimo del estilo de conducción, acompañado de la puntuación de riesgo que LexisNexis le otorgaba de manera automática. La historia, recogida por The New York Times, se hizo viral. Y una avalancha de conductores empezó a atar cabos y a sospechar que algo similar les podía estar pasando a ellos.

Entre los suspicaces estaba Romeo Chicco, que interpuso una demanda en Florida después de que siete aseguradoras se negasen a suscribirle una póliza. Tirando de la manta, se supo que los datos fueron recopilados por el ordenador de a bordo de los vehículos. Y que el fabricante (GM) los compartía con una filial (Onstar) que mantiene una aplicación móvil que da consejos de seguridad en tiempo real a los conductores. Onstar, a su vez, los habría vendido a LexisNexis, un broker de datos que supuestamente los habría analizado con su algoritmo y revendido a las aseguradoras. El caso está en los tribunales.

El traficante de datos

Cuando aceptas las cookies de un sitio web, compras un billete de avión o la entrada a un concierto y te enganchas al wifi de un hotel, estás dejando un rastro digital que proporciona información sobre tus gustos, nivel de vida e ingresos. Todos esos datos se fusionan mediante técnicas algorítmicas de extracción y agrupamiento inventadas por un pionero, Hank Asher (arriba), un programador... Leer más

GM anunció que cancelaba la colaboración con LexisNexis y con Onstar, cuya app deja de funcionar a partir del 26 de junio. Pero las tres compañías denunciadas señalan que el servicio era opcional y que el usuario aceptaba la venta de sus datos a terceros cuando se suscribía. Por su parte, el denunciante dice que no se suscribió a ningún servicio, pues este venía preinstalado. Y que no firmó ni autorizó nada referente al uso y la reventa de su información privada.

A estas alturas, que levante la mano el que sepa qué es un broker de datos… Básicamente, es una empresa que dispone de enormes bases de datos con información personal de millones de usuarios, recopilada de múltiples fuentes, y que vende a terceros. «Cuando hablamos de problemas relacionados con la privacidad, nos vienen a la mente los cinco gigantes: Google, Facebook, Amazon, Apple y Microsoft. Pero existe un mercado en la sombra donde un conglomerado de empresas desconocidas por el gran público comercia con nuestros datos. Y es muy lucrativo», explica Sarah Lamdan, profesora de la Facultad de Derecho de la City University de Nueva York. El volumen de negocio actual supera los 220.000 millones de euros y podría triplicarse en 2030. Una de las compañías más rentables es LexisNexis, con sede en Nueva York, aunque pertenece a Relx, una multinacional británica que obtuvo en 2023 beneficios estratosféricos: 10.700 millones de euros.

Una publicación tecnológica, The Markup, ha identificado a 37 empresas que dominan la floreciente industria de datos de vehículos conectados. La mayoría tan desconocidas como LexisNexis… Entre ellas se encuentran Sirius, de asistencia en carretera; Wejo, que sirve a Palantir, la cual a su vez sirve a agencias gubernamentales; o Geico, que monitorea los hábitos al volante como si fuera un juego a cambio de posibles descuentos a los buenos conductores, pero que pueden acabar en recargos en las pólizas si la conducción no es del agrado del algoritmo.

¿Hay alguna diferencia en la manera de operar de las grandes tecnológicas y la de estas empresas especializadas? Pues sí... Lo que hacen en Silicon Valley con los datos que nos 'ordeñan' es aprovecharlos para servir anuncios personalizados. El negocio es la publicidad. Y tú, lector, lo consientes, porque has aceptado las condiciones de uso de tu red social, tu móvil, tus aplicaciones... Sabes, en definitiva, que están haciendo algo que te concierne, pero que aceptas porque así accedes a una página o te resuelven una búsqueda. Pero los brokers de datos no te ofrecen contrapartidas; es probable que no recuerdes haber marcado ninguna casilla de aceptación del uso de tus datos; y seguro que no tienes ni idea de lo que hacen o dejan de hacer con ellos.

Los conductores europeos, ¿protegidos?

¿Pueden las marcas de automóviles compartir nuestros datos en Europa? En teoría, no. El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) es más estricto que las normas norteamericanas. Pero los ‘vampiros’ pueden circunvalar la ley utilizando a socios que no tengan su sede en la UE para recopilarlos. También en teoría estos datos se protegen haciéndolos anónimos. Pero la revista Wired señala que es... Leer más

«Unas pocas empresas dominan el mercado. Y funcionan como un cártel», detalla Lamdan. «Ofrecen servicios con una nomenclatura deliberadamente ambigua. Aprovechan resquicios en las leyes, pero lo más alarmante es que lo que hacen es legal», reconoce. A estas compañías se las conoce como 'vampiros de datos' porque extraen la sangre digital que fluye por el sistema circulatorio de Internet. Pescan en el río revuelto de las redes sociales e historiales de Internet, pero también se las arreglan para acceder a censos, registros médicos… Un batiburrillo que venden a aseguradoras, bufetes, gobiernos, agencias de seguridad, incluso a la Policía (al menos, en Estados Unidos). Una de sus herramientas más demandadas es el análisis sociológico de áreas urbanas: hábitos de compra, dónde comen y pasan su tiempo de ocio los residentes, dónde estudian sus hijos, qué carreras eligen... Un banco con esta información puede ofrecer productos financieros adaptados.

Los 'vampiros' han encontrado un manantial de sangre fresca en la automoción. El flujo de datos se inicia en el momento en que el conductor entra al vehículo. Más de 660 puntos de recolección de parámetros se activan para registrar desde el estado de las puertas y la cantidad de pasajeros (incluyendo la presencia de niños) hasta el uso del aire acondicionado. Una vez en marcha, el vehículo comienza a procesar datos del viaje: ubicación, descansos, tiempos de repostaje, contenido del sistema de entretenimiento (música, películas), estado de los faros... Este flujo constante de información ofrece una visión detallada del comportamiento del conductor y los pasajeros.

El coche conectado a Internet es capaz de recoger la posición de tus ojos, tu postura, tu frecuencia cardiaca... De ahí se pueden extraer conclusiones reveladoras que influyan en tu póliza de seguros

«Los automóviles modernos son una pesadilla para la privacidad. Nuestro coche nos espía más que el móvil. De hecho, es como un enorme teléfono móvil con ruedas», expone Misha Rykov, coordinador de una investigación de la Fundación Mozilla sobre 25 marcas de automóviles. La consultora McKinsey pronostica que en 2030 el 95 por ciento de los vehículos nuevos estarán conectados. «Y toda esa información es recopilada por el fabricante, que la vende a los brokers», afirma Rykov.

Estos últimos preparan paquetes basados en data points, puntos que indican la posición de los ojos del conductor, su postura, su frecuencia cardiaca… Cruzándolos se pueden sacar conclusiones muy reveladoras. Por ejemplo, que está conduciendo fatigado. Una información que a cualquier aseguradora le va a interesar… «Otra manera de recopilar datos es a través de los servicios conectados en el salpicadero, como la radio satelital o el navegador», añade. «¿Cómo es posible que Waze, la popular aplicación de GPS que proporciona información en tiempo real recopilada por los propios conductores, haya sido rentable durante tantos años sin publicidad?», se pregunta Kevin Guo en Medium. «Ahora sabemos la respuesta: el usuario es el producto».

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