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El centro de la Tierra está ahí fuera

La expedición a Psyche, el asteroide metálico más grande del sistema solar, investigará el corazón de un planeta muerto... y, de paso, el del nuestro.

Por Lourdes Gómez

Miércoles, 18 de Mayo 2022

Tiempo de lectura: 3 min

En agosto, una nave emprenderá un viaje de 41 meses para llegar a Psyche, el mayor asteroide metálico del sistema solar. Se cree que se trata del núcleo de hierro y níquel de un planeta que perdió sus capas exteriores en un incidente cósmico. Hoy, ver el núcleo de la Tierra es imposible (habría que perforar 5000 kilómetros y soportar 5000 grados), pero podemos investigar núcleos de otros planetas que perdieron sus capas superficiales. Es el caso de Psyche, que ofrece la posibilidad de observar el corazón de un planeta. Un equipo de 800 personas participa en la misión, que está resultando más desafiante de lo que la NASA esperaba cuando aprobó el proyecto de 850 millones de dólares hace cinco años. Entonces se estimó que Psyche tenía un 90 por ciento de metal.

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Una nave pequeña pero poderosa. La nave Psyque en un momento de su construcción en las instalaciones de la NASA.

Recientes análisis sugieren que ese porcentaje es muy alto y hay nuevas hipótesis. ¿Es realmente el núcleo de un planeta o un mundo extraño con restos de volcanes que expulsan metal? La misión no solo contribuirá a descifrar misterios del universo; también es relevante para la minería espacial.

Es un reclamo para la minería espacial: en su interior hay oro y otros metales desconocidos

Su hierro y su níquel ya se valoran en 10 trillones de dólares, pero, además, en el corazón de Psyche hay oro. Y sobre todo nuevos metales. La iniciativa parte de una investigación de Ben Weiss, científico del MIT, y su colega Lindy Elkins-Tanton sobre la existencia de 'objetos híbridos', asteroides que se habrían fundido por dentro, pero no por fuera. «Probablemente, lo que diga hoy resultará estar equivocado una vez que hayamos llegado allí», dice Elkins-Tanton. «Esa es la belleza de la exploración espacial».

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'Alas' solares. Los paneles solares que se despliegan desde la nave para conseguir la suficiente energía que le permita llegar hasta el asteroide.

La nave que intentará llegar al asteroide se llama Psyche, como la misión, y es del tamaño de un coche, un satélite de tecnología Maxar que abandonará la tierra en un cohete de Space X. Durante un tiempo dará vueltas alrededor de Marte para impulsarse y luego avanzará hacia el espacio profundo, donde desplegará sus enormes paneles, que convierten la energía solar en electricidad.

Si todo va bien, llegará a su destino en enero de 2026 y funcionará durante dos años registrando campos magnéticos, señales de energía... Sus cámaras captarán todos los cráteres, peñascos y topografía del asteroide. Y las imágenes se emitirán en directo a un equipo de cientos de personas. Un trabajo de colaboración científica de una dimensión sin precedentes.

Los primeros asteroides se observaron hace unos 220 años. Basándose en un modelo erróneo del sistema solar, los astrónomos habían llegado a la conclusión de que debía haber un planeta entre Marte y Júpiter. Para buscarlo, se formó en Alemania una sociedad conocida como die Himmelspolizei, la policía celeste, que asignó a cada miembro una franja de cielo de 15 grados para escanear. En lugar de localizar un solo mundo, encontraron varios, que ahora sabemos que son asteroides. En las décadas siguientes, los astrónomos descubrirían cuerpos como Ceres, Pallas, Juno y Vesta. En marzo de 1852, el astrónomo italiano Annibale de Gasparis (en la foto), del Observatorio de Nápoles, identificó Psyque, el decimosexto objeto de este tipo, y lo bautizó con el nombre de la diosa griega del alma.

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