Masajes robóticos
Masajes robóticos
Lunes, 17 de Junio 2024, 16:03h
Tiempo de lectura: 2 min
Te vistes con Aerware, un atuendo ligero, especial para recibir el masaje: lleva unos sensores y su nivel de fricción es el adecuado para que no te dañen la piel los brazos robóticos, Airpoints (así se llaman). Te tumbas en la camilla y una pantalla te pregunta qué tipo de masaje quieres (hay hasta veinte, de recuperación muscular, de relajación...).
A continuación te hacen un escaneo corporal 3D usando los sensores infrarrojos de la camilla de masaje. Luego, los brazos Airpoints entran en acción con sus siete superficies distintas, diseñadas para emular las manos de un fisioterapeuta. A través de la pantalla das instrucciones sobre la presión que prefieres, la música ambiental... No te preocupes por la frialdad de la situación: los brazos tienen calefacción.
Y, si estás a disgusto, puedes presionar el botón de parada de emergencia. Así funciona el robot que da masajes de la empresa de Estados Unidos Aescape. Las sesiones –de 30 minutos– cuestan 60 dólares, pero esa media hora, aseguran, equivale a una de un fisioterapeuta humano. No pretenden sustituirlos, aclaran, sino ayudarlos a liberarse de su gran carga de trabajo.
Las primeras pegas se las han puesto no por la calidad de sus masajes, sino por la gestión de los datos obtenidos de los clientes con el escáner corporal. Aescape sostiene que con ese escáner consigue más de 1,1 millones de datos que mapean el cuerpo e identifican áreas claves para el masaje. A las reticencias responde Eric Litman, fundador de Aescape: «Los datos se guardan anónimamente y ayudarán a comprender mejor el cuerpo y brindar tratamientos personalizados».
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