
Si existe alguien con criterio para proponer cuáles son las mejores zonas para salir de tapeo y vinos, esos son los cocineros de prestigio que cuentan con un gusto exquisito. Ellos se mojan para escoger qué ciudad gallega brilla más
18 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«¿Cómo te contesto yo a esto?». Así reaccionó el chef Luis Veira cuando le preguntamos cuál era, en su opinión, la calle con mejor ambiente gastronómico de las grandes ciudades de Galicia. No es para menos, ya que cada una de ellas cuenta con sus peculiaridades y rincones especiales. Aun así, siete chefs de los mejores restaurantes de todas las provincias de Galicia se mojan en YES y escogen sus favoritas a través de un sistema de voto en el que la primera opción recibe tres puntos; la segunda, dos, y la tercera, uno.
Y como si de una jornada eurovisiva se tratase, Daniel Guzmán, de Nova Restaurante, tiene claro que sus ansiados 3 puntos van para la misma ciudad en la que tiene su establecimiento: Ourense. De esta destaca la Rúa Viriato y la Rúa dos Fornos, en pleno casco histórico. «Llevo más de 25 años disfrutando de la zona de los vinos de Ourense y hay locales que se mantienen, otros que van cambiando, pero lo que no cambia es la esencia», confiesa Dani. Para él acabar una semana de trabajo implica permitirse disfrutar del mundo gastronómico desde el otro lado de la barra probando aquí y allá, por eso defiende la excelencia de la calidad de los locales ourensanos, que conoce bien, porque además, en su opinión, es muy importante en cocina diferenciarse del resto. «Yo repito sistemáticamente siempre la misma comanda cuando voy a cada uno de mis sitios favoritos. Si voy al Frade, no me permito no probar la tortilla, el salmón o el bacalao; si voy al FuenteFría, pido el bocata de jamón asado, y si voy a DepapaLuis, incluso en verano, me pirra la carne ó caldeiro», explica Dani.

Otra chef que se queda con la zona del casco histórico de Ourense es Lydia del Olmo, jefa de cocina del Restaurante Ceibe, con una estrella Michelin, ubicado también en la misma ciudad. «Me encanta esa parte de que aquí nos conocemos todos, es un ambiente muy cercano», declara la cocinera, que también menciona uno de sus restaurantes favoritos de la zona: A Nené Ultramarinos, situado en la rúa San Miguel. La cocinera da dos claves principales para tener éxito en la gastronomía: el trato cuidado con los clientes, que siempre se esté atento a sus necesidades, y que el producto sea honrado y de calidad, no de quinta gama. Además de Ourense, Lydia destaca también el ambiente de A Coruña: «Tiene un potencial de restauración impresionante, con proyectos mucho más grandes y con inversores por detrás», y recomienda para comer sitios como 55 Pasos o Millo Orzán.

No solo los ourensanos se decantan por su ciudad. El pontevedrés Pepe Vieira y el coruñés Luis Veira también tienen palabras de admiración para el buen rollo que se crea en las calles de Ourense. «Me encanta la zona vieja porque hay mucha abundancia y variedad de locales que lo están haciendo muy bien y de forma muy creativa», confiesa Veira. La calle Lepanto, la plaza de Santa Eufemia y la Praza do Ferro son, junto a las mencionadas, algunos de los puntos donde —aprovechando las buenas temperaturas de estos días de verano— más se puede disfrutar a la hora del anochecer.
«Siempre me ha gustado el marisco, el pescado y lo nuestro. Aquí tenemos un ambiente muy distendido y una gastronomía muy marinera», dice Pepe Vieira acerca de Pontevedra, su apuesta ganadora. El chef del restaurante con su mismo nombre propone al Loaira y a Los Maristas como sus mejores opciones: «Están situados en dos plazas emblemáticas, tienen un perfil muy gastronómico, la cocina está muy bien cuidada y te atienden estupendamente, son sitios muy bonitos. Los Maristas ofrecen una tarta de Santiago que es maravillosa y en Loaira es impresionante la selección de vinos».
«El ambiente de A Coruña es muy festivo, muy de poder estar hablando con personas que no conoces de nada, algo que me encanta», señala Luis Veira, jefe de cocina de Árbore da Veira, el único establecimiento con estrella Michelin de la ciudad herculina. Él asegura que es incapaz de no escoger su propia ciudad como ganadora por el ambiente que reúnen calles como la Estrella, Torreiro, Olmos, Galera o La Franja, que concentran gran parte del movimiento gastronómico coruñés, entre los que sobresale, para Veira, el local Jaleo: «Dan un trato excepcional, siempre son capaces de sorprenderte con alguna copa de vino antiguo de ese que tienen escondido». Aunque el cocinero pone a A Coruña por delante, «como la ciudad gallega por excelencia», por su momento de explosión en cuanto al turismo y a las empresas que hay en la ciudad, no se olvida de las rúas de Betanzos, en las que muchos locales compiten por hacer la mejor tortilla: «La tortilla de Betanzos es maravillosa, un lujo y un reclamo para mucha gente».

Con nostalgia recuerda Javier Olleros, cocinero de Culler de Pau —que cuenta con dos estrellas Michelin—, a A Coruña. Guiado en todas sus visitas a la ciudad por su amigo Antonio Amenedo, del Pazo de Santa Cruz, Javier sintió un flechazo con el establecimiento japonés Caballa 14. «Cando vou traballar á Coruña sempre hai unha parte de impulso de pensar como me gustaría volver a Caballa 14 e tomar aí un par de niguiris», afirma Olleros, que cuenta que la primera vez que probó sus elaboraciones, el dueño del local, Reboredo, le hizo llorar con un par de niguiris: «Iso vouno ter gravado na miña memoria gustativa para sempre».
Pero a Olleros no solo le gusta lo japo. «Eu son moi de tabernas e de pinchos. Gústanme as cuncas de viño tinto, gústanme as historias que hai nas barras deste tipo de locais. Eu son máis de gamberreo tabernario que de cousas modernas», afirma el cocinero de O Grove, que se moja y le da sus tres puntos a Santiago. «Prefiro os locais que me atrapan pola autenticidade, cada vez soporto menos os locais cool de moda e sen alma», subraya Olleros, que en la capital gallega tiene especial debilidad por el Mercado de Abastos. «Hai un movemento onde a xente comparte, onde sinto que estou non nunha rúa turística inchada de turistas, sinto que aí se pulsa o movemento dunha cidade como Santiago, contemporánea e á vez tradicional. A clave é a parte de Abastos 2.0, creo que aí se fixo un traballazo co formato de negocio», concluye.

Si viajamos 33 kilómetros al noroeste, a Santa Comba, en la provincia de A Coruña, nos encontramos con el Retiro da Costiña, premiado con dos estrellas Michelin y dirigido por Manuel Costiña. La distante ubicación de su local respecto a las grandes urbes gallegas no le supone ningún obstáculo para elegir a Ferrol como su ciudad ganadora: «Hay muy buen ambiente, como en la rúa Pardo Baixo, y las pandillas se van moviendo de un lado a otro y, luego, gastronómicamente, es muy potente». El chef, que apuesta por Ferrol porque tiene unos estándares de calidad muy altos en cuanto a vinos, menciona al Bodegón Bacoriño como uno de sus favoritos. Pero también tiene alabanzas para A Coruña y Santiago, aunque esta última con matices. «A día de hoy está algo quemada por su atención al turista, pero sigue habiendo gente alternativa que hace propuestas chulas y que se desmarca de ir a por ese público, desarrollando proyectos de calidad con propuestas de vinos gallegos. Hacen cosas diferentes, que al final es de lo que se trata», expresa Manuel Costiña, que recomienda en Santiago el restaurante A Maceta, para los que sean amantes de los espumosos, y en A Coruña, A Mundiña, una marisquería situada en la calle Real.

Y si hacemos un barrido por las zonas con mejor ambiente gastronómico de todas las ciudades gallegas, es casi obligatorio mencionar a la reina de las tapas con consumición: Lugo. A pesar de su fama, no todos nuestros chefs están de acuerdo en su rentabilidad, especialmente si hablamos de calidad y cantidad. Álvaro Villasante, del restaurante Paprika, lo tiene claro y defiende su ciudad por encima de las demás y escoge su zona favorita: la Praza do Campo. «Yo no quiero que me regalen las comidas, yo no salgo de tapas para que me regalen algo mediocre», confiesa Álvaro, que no es el único chef que rechaza la idea del pincho gratis. También Lydia del Olmo y Luis Veira son de esta misma corriente. «Yo, en mi local, no lo daría gratis», afirma la cocinera del Restaurante Ceibe, y Veira es todavía más directo: «Yo creo que lo del pincho gratis tiene que desaparecer, porque al final eso hace que el producto que se ofrece sea cada vez inferior». Además, Álvaro cree que es fundamental hacer elaboraciones diferentes y no lo mismo en todas partes. «Interesa hacer platos que no se vean en los demás sitios», asegura.
En lo que sí coinciden todos los cocineros es en cuáles son las claves principales del éxito: un producto honrado, de calidad, y un excelente trato al cliente que le haga sentirse como en casa. Y eso, además de un buen ambiente, a Galicia no le falta.