
No todo va a ser playa. Si quieres recorrer el interior y refrescarte en pozas y cascadas, hay muchas opciones en entornos impresionantes que animan a la excursión a pie
20 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Están rodeadas de bosques frondosos, tienen senderos que abren paisajes de leyenda, cuentan con sombras refrescantes en los cálidos de días de calor, pero además ofrecen la posibilidad de bañarse en aguas cristalinas en medio de la naturaleza. Son muchas las pozas y cascadas que existen en Galicia para darse un buen chapuzón en lugares mágicos. Si quieres pasar un día de aventura, primero prepara la mochila, cálzate bien para no resbalar por las grandes piedras de los ríos, y vete cómodo también si vas a darte una buena caminata, porque algunas de estas maravillosas piscinas están en entornos alejados en los que tendrás que ir a pie. Lleva el bocata, por si acaso, aunque algunas cuentan con merenderos para que despliegues tu pícnic, lo importante es que elijas bien la ruta y que llegues temprano si es fin de semana o festivo, que no siempre es fácil aparcar; pero la experiencia será inolvidable. Aquí van seis propuestas para que te des un buen chapuzón en el interior de Galicia.
Caldeiras do Castro (Muxía)

Situadas en la frontera de Muxía y Dumbría, el área recreativa de O Castro cuenta con merendero con mesas, barbacoa y zona verde, tienen un sendero y después del paseo llegarás a las pozas naturales con unas cascadas de unos ocho metros. Son piscinas naturales de forma circular en las que puedes gozar de un buen chapuzón e, incluso, tomar el sol, aunque no es que haya mogollón de espacio para estirar la toalla. En cualquier caso, la excursión no defrauda.
Pozas de Mougás (Oia)

Aptas para el baño, también si vas con niños, estas pozas son una joya de la Serra da Groba, que se convierten en un balneario natural. El acceso por la carretera C-550 (Baiona-A Guarda) te deja en una pista y a partir de ahí tienes que iniciar el recorrido a pie durante aproximadamente dos kilómetros. Hay un merendero y un área recreativa cerca del Rego das Pías para el pícnic, y muy próxima está la poza del mismo nombre con una pequeña cascada para darte el primer baño. La ruta discurre entre frondosos árboles e irás descubriendo antiguos petroglifos y avanzando hacia más piscinas.
Chelo (Coirós)

Es una excursión perfecta para ir en familia, porque no tiene ningún peligro y, además, permite que vayas caminando por rutas fáciles por un bosque exuberante, con fragas y vegetación de ribera a lo largo del río Mandeo. Tienes merendero para comer y, si haces el trayecto por los senderos, vas a encontrarte con molinos, porque la ruta principal pasa por la antigua presa del Muíño de Chelo, en caso de que te animes a ir caminando unos seis kilómetros. Pero puedes hacer un paseo más corto, lo tienes todo señalizado. Las pozas y cascadas te esperan para el baño.
Piscinas do río Pedras (A Pobra do Caramiñal)

No olvides los escarpines para no resbalar en estas pozas y minicascadas que forma el río Pedras y sus afluentes (el San Xoán y Barbanza). Desde A Pobra toma la ruta hacia A Curota y Aldea Vella, aparca, y a partir de ahí comienza la aventura caminando entre robles y eucaliptos. Verás el convento de San Xoán da Misarela y un puente medieval, después te espera un buen baño en estas piscinas naturales y, por supuesto, ten toda la precaución porque no todas tienen la misma profundidad y hay que darse el chapuzón con cuidado. Lleva la comida, que aquí no hay ningún servicio.
Pozas de Melón (Ourense)

Rodeadas de bosque, son un paraíso verde de aguas transparentes que parecen de cuento. Si te animas a la excursión, recuerda llevar buen calzado antideslizante para hacer la caminata. En esta temporada, conviene que vayas temprano; hay aparcamiento y mesas de pícnic. La Poza da Estrela es la más profunda y podrás bañarte. La Fervenza do Tourón tiene 15 metros y merece la pena, como todo el entorno del río Cerves, con hórreos y el monasterio de Santa María
Fervenza do Xallas (O Ézaro, Dumbría)

Es la única cascada de Europa que desemboca en el mar, aquí el río Xallas forma un desnivel de 155 metros que lo convierte en un fenómeno excepcional. Tienes aparcamiento y pasarela para contemplarla, pero también puedes ver el atardecer desde su mirador panorámico. Este entorno forma parte de una piscina natural de agua cristalina, coronada por el monte Pindo, que llama la atención a cualquier visitante. En verano puedes subirte a un kayak y disfrutar la zona desde otra perspectiva. Aunque también merece una visita nocturna, porque durante los meses de verano la iluminan.