Sexo después de un infarto: no solo se puede, sino que se debe

fermin apezteguia COLPISA

SOCIEDAD

Los cardiólogos explican que es un factor esencial para la recuperación del paciente y recomiendan volver a la normalidad en el plazo de una semana

30 ene 2023 . Actualizado a las 20:34 h.

El sexo después del infarto no solo se puede sino que se debe. El restablecimiento de la actividad sexual tras un accidente cardiovascular constituye, según explican los cardiólogos, un factor esencial para la recuperación del paciente. Lo contrario, la limitación injustificada de la sexualidad, puede derivar en insatisfacción, depresión, incluso en un peor cumplimiento del tratamiento.

Tres de cada cuatro cardiópatas suelen presentar problemas de disfunción eréctil o pérdida de deseo. Es algo que afecta tanto a hombres como a mujeres, según explica el cardiólogo Ignacio Sáinz Hidalgo, de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). La rehabilitación permite recuperar la función sexual, especialmente para los hombres, aunque siempre hay casos en los que el tratamiento convencional debe reforzarse con terapia psicológica. En las mujeres, dónde el deseo es una mezcla de fisiología y emociones, la recuperación suele resultar más complicada. Pero tampoco imposible.

Después de un fallo cardíaco resulta complicado hablar con el especialista de disfunción eréctil o pérdida de deseo. Parece tal banalidad que uno siente que puede dar la imagen de persona superficial si plantea algo así tras haberse paseado por los límites de la muerte. Pero no lo es. De hecho, según explican los cardiólogos, la vuelta a la sexualidad es una de las cuestiones que más preocupa a los pacientes. Sobre todo a los hombres, pero también a las mujeres.

La recomendación de los especialistas, detalla Sáinz Hidalgo, es volver a ella en el plazo de una semana. Conscientes de que este es un asunto que sonroja pero también interesa y angustia, la sociedad científica pidió a sus asociados que no esperen a que el paciente lo plantee en consulta, sino que sean ellos mismos quienes saquen el tema con naturalidad. No hace falta buscar el coito desde el primer momento ni es lo deseable, especialmente a partir de cierta edad. La sexualidad es también besos, caricias y abrazos, que no solo reconfortan, sino que resultan determinantes para ir despertando el interés y romper posibles miedos. Todo llegará.

Los programas de rehabilitación que siguen tras el accidente cardiovascular, además de información práctica sobre sexo y otras cuestiones, incluyen ejercicio, un plan alimentario para el control de grasas, azúcares y sal y otro, si es preciso, para el abandono del tabaco. Esas tres herramientas básicas para la recuperación tras un infarto ?dieta, ejercicio y no fumar? lo son también para combatir la disfunción eréctil, que con frecuencia sufren los hombres infartados.

Las causas que favorecen ambos fenómenos, las cardiopatías y la impotencia, son de hecho las mismas. Una vida sedentaria, una alimentación inadecuada, el consumo de tabaco, la hipertensión, el colesterol alto... La medicación que se da para ayudar al organismo a romper los coágulos que taponan las arterias y provocan el infarto favorece, además, la aparición de esta complicación.

Recetas que no sirven

La rehabilitación permite superar la mayoría de los problemas de tipo sexual que aquejan a las personas infartadas. También es importante, no obstante, el compromiso del paciente y la comprensión de la pareja. «Son muy pocos los pacientes que no llegan a recuperar la función sexual», detalla el experto, cardiólogo de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del hospital Virgen del Rocío, en Sevilla. «Suelen ser pacientes con un daño ventricular muy grande, que tienen insuficiencia cardíaca y requieren una terapia específica».

Un 15 % o 20 % pueden llegar a necesitar terapia psicológica de refuerzo o medicación específica. El mayor peso de lo emocional en las mujeres explica las mayores complicaciones del sexo femenino para restablecer su sexualidad. Con frecuencia, la pérdida de deseo se acompaña de dispareunia, que es como los médicos llaman a la sequedad vaginal y dolor al intentar realizar el coito. «Falta mucha investigación sobre la mujer», destaca Sáinz Hidalgo.

Lo que sí es importante es saber que determinadas indicaciones que se daban antes a las mujeres infartadas están injustificadas del todo. Ni hay que tomarse el pulso durante la actividad sexual ni adoptar un papel pasivo. La clave, para unos y otras, es la misma: naturalidad.

Un infarto mientras se hace el amor es algo «muy muy raro»

Es una escena que se ha visto tanto en el cine y está tan presente en el imaginario colectivo que, con frecuencia, se convierte en un enorme temor. Pero es infundado. La posibilidad de sufrir un infarto mientras se está haciendo el amor no es imposible, pero sí harto improbable. «Es algo muy muy infrecuente», confirma el especialista de la Sociedad Española de Cardiología, Ignacio Sáinz Hidalgo. Se trata este de un fenómeno excepcional que apenas representa el 0,6% de las muertes súbitas. Las causas del infarto están muy claras y son otras. Un estudio publicado en 'Science Alert', de donde procede el dato, señalaba que la mayoría de los casos se dan en varones que rondan los 60, con problemas de salud favorecedores de un accidente cardiovascular y a causa del sobreesfuerzo. Con frecuencia, consumidores de determinadas sustancias, que favorecen el infarto, de corazón o cerebral, como cocaína, por ejemplo.