El extremo reafirmó a su club como es el mejor entorno para debutar en la Segunda Federación y seguir creciendo como futbolista
19 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El desparpajo y la osadía de Justino Barbosa (Ourense, 2005) en el terreno de juego contrasta con la pausa que exhibe al hablar del deporte rey y de su futuro a corto y medio plazo en un anhelo que lo marcó desde pequeño.
«Ser futbolista profesional es el sueño de casi todos los niños, yo nunca perdí esa ilusión y la esperanza de conseguirlo, pero sé que solo puedo hacerlo con humildad y rodeado de gente que confía en mí», razona el habilidoso extremo de la UD Ourense, poco después de decidirse a prolongar su vinculación con los de O Couto por dos temporadas más. Preguntado por los rumores que lo ubicaron en distintos clubes, incluidos equipos de superior categoría, también volvió a mostrar el temple de quien cree que transita por el camino correcto: «No tuve tantas ofertas como oía por ahí, pero sí hubo alguna. De todos modos, al final tenía claro que la mejor decisión era optar por quedarme. Aquí estoy en casa y formando parte de un grupo de lujo. Estuve muy bien todo el año y la afición es gente a la que veo en la calle cada día y que me mostró su cariño».
La cuota de ourensanismo de Justino está bien cubierta. Jugó un año en el desaparecido Club Deportivo Ourense y pasó después a la EDO, antes de ingresar en el Pabellón, donde llamó la atención del Celta, gracias al convenio entre ambos clubes. Aún así, no recaló en la casa celeste y terminó por disputar su último año como juvenil en el Coruxo de División de Honor. Aún así, en su provincia natal no se habían olvidado de sus cualidades y el Atlético Arnoia lo reclutó para terminar el curso en la Preferente sénior.
Su primera campaña como sub-23 ya fue la que le trajo a la UD Ourense, en el pasado ejercicio, saldada con un ascenso y con muchas actuaciones del joven futbolista que llamaron la atención por su trascendencia en el juego.
Barbosa vuelve a insistir en las bondades del ecosistema vermello para desplegar su mejor versión: «Algunos prefieren ser mucho más rápidos y aprovechar las oportunidades, pero aquí ya me mostró la directiva una gran confianza en mis posibilidades y el entrenador también contó conmigo. Repito que este es un grupazo en el que me sentí muy a gusto en mi primera temporada como sénior».
Mientras cursa ADE, estudios que inició en Vigo y ahora continúa en el campus de su ciudad, no oculta su ambición de cara al segundo desafío de los ourensanistas. De todos modos, se resiste a despegar los pies de la tierra: «Aún soy joven y me gusta ir poco a poco. Nuestro equipo es un recién ascendido y tampoco vas a fliparte diciendo que llegas y ya vas a pelear por otro ascenso, pero siempre tienes que hacerlo lo mejor posible». Las palabras ambición y humildad las reitera como un mantra, quizás porque en la UD Ourense lo arropan como uno de sus valores emergentes.
Justino es de esos futbolistas que se ve en el campo, capaz de cambiar el signo de un partido, actúa como titular o como revulsivo. No tiene problemas en seguir las instrucciones de Borja Fernández, pero sí admite: «Jugaré donde me ponga, pero creo que se me da mejor moverme por la banda». Y tanto, más de un lateral ya recuerda sus fechorías por los flancos. Cotiza al alza.