¿Qué pasó realmente en Bilbao?

Ricardo Hevia LUGO / LA VOZ

LUGO

LOF

08 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que era un plácido viaje aprovechando el largo puente, para presenciar un gran Bilbao - Breogán, terminó siendo una pesadilla, con un tiempo infernal, y con la discusión que produjo el aplazamiento del choque, que deja de momento, como únicos perjudicados, a los 500 lucenses que se desplazaron este pasado fin de semana.

A partir de aquí, en el Breogán, silencio y ambigüedad, además de la intención de dejar claro que la culpa no está en Lugo, apuntando de nuevo a la ACB (como en Manresa).

Como es lógico, no están de acuerdo en Bilbao. Por ejemplo, el diario Deia no tiene reparo en afirmar, sin tapujos, que el Breo se negó a jugar sin utilizar el reloj averiado, ya que, según la presidenta del Bilbao, el que trajeron de sustitución tampoco funcionaba. La siguiente solución (la última posibilidad, de hecho), era traer uno de a pie desde La Casilla (otro pabellón, el antiguo del equipo vasco), opción que tampoco satisfizo al Breogán.

Está claro que todos defenderán su postura. Pero, mientras en Bilbao dan explicaciones desde el club, en Lugo no tenemos informaciones oficiales más allá de las declaradas a la prensa, que nos dejan dudas sobre lo que ocurrió en realidad, y sobre si la respuesta de los bilbaínos es una táctica defensiva de los bilbaínos. Estos, además, incluyen que llevan más de dos meses esperando por un nuevo sistema de marcadores, el cual no terminan de recibir.

Pero hay una pregunta clave: ¿Qué pasó en los 12 minutos que esperó la ACB hasta decidir suspender el choque? Allí, solo vimos a los árbitros hablando con los entrenadores. ¿Todo dependía de ellos, o estaban recibiendo instrucciones de sus directivos? La acusación de Deia es directa, y no estaría de más desmentirla si es falsa.

Lo cierto es que el silencio no ayudará a resolver este embrollo. Todo está en manos del Juez Único. Bilbao espera una sanción económica y nada más. Y volvemos al principio: lo que parecía una fiesta se junta a los contagios por covid-19 para alterar la calma y tranquilidad que tanto ayudaban a la excelente marcha del equipo.