El Supremo rechaza el recurso del docente de Ourense que atacó sexualmente a una alumna con prácticas sádicas y confirma la condena de trece años de cárcel

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Edificio de la Audiencia Provincial de Ourense
Edificio de la Audiencia Provincial de Ourense M. FERNÁNDEZ

El hombre está inhabilitado para ejercer cualquier labor docente durante 21 años

20 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Un año después de que la Audiencia Provincial de Ourense condenara a trece años de cárcel a un docente por agredir sexualmente a una alumna suya con prácticas sádicas, el Tribunal Supremo zanja el asunto. Los magistrados han rechazado el recurso de casación del sospechoso al considerar que los argumentos que puso sobre la mesa para intentar tumbar el fallo, ratificado por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, «carecen de relevancia casacional».

Sostenía el docente que la denunciante, que tenía 11 años cuando lo conoció a través de Instagram, no había dicho la verdad, relacionando las acusaciones con un intento por cambiarse de colegio. A mayores, aseguró que la joven mantenía contactos con otras personas a las que enviaba fotos comprometidas, pero ninguno de esos argumentos ha convencido. Los togados otorgan total credibilidad al testimonio de la víctima, que se mantuvo durante el largo proceso judicial, y destacan la existencia de otros elementos corroboradores, como las averiguaciones que relacionaron al docente con la cuenta de la red social desde la que le llegaban los mensajes a la víctima. La dirección IP coincidía con su domicilio. «No asiste la razón al recurrente», advierten los togados, que cierran las puertas a cualquier intento de modificar un severo reproche penal que implica el alejamiento de la víctima y la inhabilitación para ejercer cualquier labor docente durante 21 años.

Al principio las comunicaciones eran a través de las redes sociales. La menor no sabía que el hombre con el que se comunicaba era su maestro. Ella, procedente de un entorno vulnerable, accedía a enviarle fotos desnuda o en situaciones sexuales. Cuando empezó la ESO, el acusado la citó un día de clase en el aula de música y le hizo saber que era quien había estado contactando con ella. A partir de ese día, hubo encuentros íntimos en los baños del colegio y tres violaciones que tuvieron lugar fuera del centro educativo. El agresor llevaba a la niña a sitios poco frecuentados tras obligarla a que se metiera en el maletero de su coche. Luego, la sometía a prácticas sadomasoquistas que, en la tercera ocasión, ella no pudo soportar más. Lo bloqueó en redes y nunca más volvió a verlo. Al inicio del curso siguiente denunció.

Pidió fotos íntimas a otra menor, que lo descubrió: «Te hemos pillado»

El acusado era un depredador. Contactó con la menor cuanto tenía solo 11 años y empezó a pedirle fotos íntimas, que ella le envió, pero el auto del Tribunal Supremo recoge que hubo otras víctimas de esa conducta. Así, destaca que otra compañera de la menor, que declaró en el juicio, relató que también entabló relación con ella a través de Instagram y que le reclamó imágenes y vídeos íntimos. Ella y sus amigas le pidieron al acusado un audio y al escucharlo lo reconocieron porque también era su docente. «Te hemos pillado», le dijeron.